domingo, 15 de marzo de 2009
El regalo de la Muerte
Cierto día, Muerte decidió contemplar la vida a través de los ojos de un mortal, de esos a los que llamaba a su encuentro, durante 24 horas. Ahí se daba cuenta de cuántas veces era injusta su llamada, del vacío tan profundo que sentían aquellos que despedían a sus seres queridos. Fue ese momento de reflexión el que le hizo tomar una decisión insólita: regalaría unos días a personas fallecidas para que disfrutasen de unas vacaciones junto a quienes les extrañaban, les echaban de menos. Eran las vacaciones de la Muerte, la cual visitaba para comunicar tal decisión, sin llevarse a nadie. Si bien los muertos no podían desvelar los secretos del mas allá, la libertad de actuación era total, pudiendo completar los proyectos que se quedaron a medias, en ese único regreso que tan sorprendente llegaba a resultar. Eran momentos de felicidad, en los cuales Muerte se preocupaba de tener atendidos a sus huéspedes, pasándolos a recoger personalmente cuando esos días finalizaban, haciendo que esa nueva marcha o partida fuese menos dura y dolorosa. Aún así, la nostalgia de los seres queridos fallecidos nunca dejó de sentirse, pues ese vacío no se llenaba jamás.
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No estaría mal eso de las vacaciones, pero la pregunta es, algún muerto querría volver a la vida?
ResponderEliminarQuién sabe, igual la muerte ya se ha cansado de dar esa segunda oportunidad y no hay candidatos...
Besicos
Excelente relato. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarEsa es la pregunta, querida Belén...
ResponderEliminarBesicos.
Me alegro que te haya gustado, dezaragoza. Me inspiré en una historia que me contó una vecina.
Un abrazo