miércoles, 9 de marzo de 2011

Democracia totalitaria

Con la habitual sinceridad que me caracteriza, debo confesar que se me habían quitado las ganas de opinar sobre la política y desmanes que hace este PSOE actual. Más que todo porque de ser así, esta bitácora se convertiría en uno más de esos sitios que critican al Ejecutivo actual y sus actuaciones a diario, y ni me apetece, ni tengo ganas de que sea así. Sin embargo, en esta ocasión no me puedo callar, pues ni quiero ni debo hacerlo. Desconozco de dónde han sacado esa Ley de Igualdad de Trato, gilipollez absurda donde las haya, cuyo único interés es imponernos aquello que debe gustarnos, a quien debemos aceptar o las personas que no hay que rechazar, ya sea de forma individual o colectiva, arriesgándonos a ser denunciados por la parte aludida o quién use su deber de colaborar, es decir, que se chive. Con esta nueva ordenanza, la libertad individual se convierte en un recuerdo del pasado, pues el Gobierno se inmiscuye en los asuntos más íntimos del ciudadano, diciéndonos qué es bueno o malo. ¿Quién coño se creen que son para creerse guardianes morales de la sociedad española o imponernos sus opiniones? Creo que tendrían que dejar de atentar contra los derechos más esenciales y olvidarse de hacer una sociedad políticamente corresta, homogénea y aburrida, pues la Democracia se basa en la tolerancia, el respeto y la convivencia, sin olvidar la diversidad, y lo que ellos pretenden hacer es convertirla en un reino de lameculos, pelotas y lacayos que no los echen de la poltrona por muchos siglos que pasen.

martes, 8 de marzo de 2011

Mordacidad perdida

Han transcurrido unas tres semanas desde que mi buen amigo Fernando Iwasaki publicase la columna titulada ¿Y tú de quién "ERE"? en el diario ABC. Al margen de su visión sobre el asunto de los ERE en Andalucía, me paré a reflexionar sobre el estado de salud del Humor actual, puesto que me di cuenta de su falta de creatividad y exceso de mal gusto. La transmutación hacia lo soez y vulgar, exento de la chispa de antaño es tan evidente que no hace falta ser un genio para ver que algo va mal en la Sátira Española si sólo sobrevive El Jueves como referente de las revistas de humor. Ni siquiera Internet es capaz de ofrecer un humor inteligente, serio, como bien me enseñó mi querido Pere Olivé cuando comencé a dibujar cómics, que sea capaz de ser tan profundo como un ensayo sobre cualquier tema en una sola viñeta, o tres a lo sumo. Cuando veo que sólo se hacen chistes para meterse con Zapatero o Rajoy y se desaprovechan tantísimos titulares, no puedo evitar preguntarme dónde nos conducen por este camino, capaz de tolerar soportar las burlas de los demás, cuyo sonido recuerda al cacareo de gallinas cluecas, en el cual se evita, denuncia o ignora la Mordacidad si no gusta o es crítica con quien refleje o retrate.

Estómago agradecido, voto perdido

La lealtad es una gran virtud, pero la de verdad, esa que es a prueba de de bombas y nace del respeto y cariño mutuo. No obstante existe otro tipo de lealtad, que pongo en cursiva porque no es tal, sino una suposición ya que existe mientras haya interés creado del tipo que sea, sin importar que sea monetario, de poder o reputación que no duda en traicionar la mano que le mantiene,incluso justificándolo moralmente su decisión.Mantenidos, mancebos que pueden ser definidos. Para mí, gente sin escrúpulos. Actualmente, a través del voto comprado, muchos políticos se aseguran la continuidad en la poltrona o sillón, sin ver que cuando no hay forma de mantener esa fidelidad son los primeros en dejarlos a su suerte. Con esta crisis, que ha dejado nuestras arcas vacías, será más difícil conservar lealtades, comprar votos mantenerse en el poder o pedir favores devueltos. Sin estos apoyos, el político deberá actuar de forma efectiva, para así poder demostrar su efectividad a través de su labor, y no por adquirir pelotas, lacayos y seguidores.