viernes, 19 de marzo de 2010

Nueva sección: Viernes de series

A partir de hoy, los viernes ofreceremos una serie en versión original. En esta ocasión, desde la pagina oficial de Marvel Cómics, te ofrezco, querido lector, querida lectora, Spideman Unlimited. Como es tradicional, la primera emisión se abrirá con un capítulo doble. Sin más, disfruta de los episodios ofrecidos hoy.



jueves, 18 de marzo de 2010

'Canis'

De todas las tribus urbanas y sociales existentes, extintas, recordadas u olvidadas, la más despreciable, ruin y miserable es la de los canis. Escudados tras la fachada de la clase obrera, nunca han tenido reparos en insultar, agredir o robar a aquellos que etiquetan como pijos, porque según ellos, les oprimen al pertenecer a una clase media-alta que les discrimina y da de lado. Dicha demagogia, aplicada en demasía, sólo es explicable bajo los argumentos del presupuesto utilizado en ropas y complementos. El cani, y su réplica femenina, la killola,adalides del más barriobajero comportamiento, desprecian y critican por sistema a quien viste de traje, sport o de otra forma que no sea deportiva, alegando que hacen alarde al gastar cantidades astronómicas en ropas de marca o firma, cuando en la mayoría de las veces no suele ser así. Y osan usar su verborrea sin renunciar a sus ostentosos anillos con motivos harto ridículos o sus zapatillas de 400 euros. ¡Cuatrocientos euros sólo en calzado! ¿Qué trabajador medio puede permitirse tal lujo?
Atreviéndome a corregir a don Antonio Burgos, el cani y la killola no son patrimonio de la capital hispalense, puesto que sus pueblos también sufren tal plaga, con más o menos intensidad, y su chulesca prepotencia intacta, que sitúa por debajo de su hombro al resto de la sociedad, muchas veces aterrorizada y amenazada por ellos, uniformados con chándales blancos de cierta marca que ha sido denunciada por explotación infantil y sudaderas de capucha, coronados por una gorra que haría las veces de peineta. No sé cómo pueden gozar de la simpatía de parte de la ciudadanía, cómo pueden hacer creer a la sociedad que son desheredados de la misma, cuando la realidad nos ofrece a una tribu de parásitos que sólo saben vivir a costa de los demás.

miércoles, 17 de marzo de 2010

San Patricio

Permíteme, querido lector, querida lectora, que hoy me permita hablar de mí, de un instante vivido y aleje la divagación y opinión hasta mañana, pues hoy he celebrado por primera vez en mi vida el día de San Patricio, como Dios y la Tradición mandan, es decir, bebiendo cerveza. Aunque no he consumido en cantidad, sí lo he hecho en calidad, catando y degustando medias pintas, verdes y negras, coronado con el sombrero de tres picos de copa alta, como la práctica totalidad de quien estaba allí, pasándolo bien. Momentos así me sirven para despejar y desconectar de la rutina diaria, algo digno de agradecer, que veo importante y esencial, lo cual no quiere decir que se deje de perder de vista la situación actual ni la realidad. Sencillamente, es un momento de paréntesis, bien merecido, pues ya había pasado una larga temporada desde la última vez que salí a pasarlo bien.
En definitiva, ha sido una tarde muy fructífera, donde he bebido, comido, reído y escuchado música, rindiendo culto de forma unánime con el resto del mundo, que se viste y tiñe de verde cual verdes prados irlandeses. Espero y deseo cumplir uno de mis sueños el próximo año y poder festejar en una taberna de Dublín dicha celebración o efeméride.

martes, 16 de marzo de 2010

Amigo Félix


Como si de ayer se tratase, mi mente conserva aún, indeleble, el recuerdo del instante de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente, pese a las tres décadas transcurridas de tan trágico acontecimiento, tan triste efeméride. Sentado delante de la televisión, viendo El Hombre y la Tierra, escuchando su profunda voz, que nos enseñaba la Naturaleza, los animales y el amor por todo lo salvaje, quedaban grabados parte de mis recuerdos de la infancia. Aprendí de mi padre y de él el respeto hacia nuestro entorno, sin la necesidad de ser ecologista, vegetariano o vegano. Cuando se cumplen treinta años de su desaparición, su mensaje y su legado siguen presentes, atemporales, actuales si cabe, los cuales no deben ser ignorados ni olvidados, puesto que es necesario seguir manteniendo a salvo la flora y la fauna de aquellos intereses puramente económicos, políticos, inmobiliarios o de cualquier otro tipo. Félix Rodríguez de la Fuente dejó de estar entre nosotros hace seis lustros, pero sus enseñanza aún vive, y es un deber ineludible, una obligación luchar para que no se difumine con el devenir de los años y el paso del tiempo.

lunes, 15 de marzo de 2010

Requiem por la Cultura

Con pesar, tristeza, y desgraciadamente, falta de asombro, me entero única y exclusivamente por la prensa que no hay fondos para reconstruir la Torre del Homenaje de Constantina, derribada por el temporal y la desidia, el olvido y la falta de atención de la política en todos sus aspectos, ocupada en favorecer el comercio cultural con cánones que gravan las nuevas tecnologías para regalárselos a una sociedad de gestión que omite actuar por su nulo rendimiento económico, ya que no genera ningún tipo de taquilla. Convertida en cascotes y escombros, la Torre del Homenaje de Constantina ha sido echada abajo por unos cañones aún más destructivos si cabe que los de la guerra: los de la ignorancia supina, que dispara proyectiles para destruir los pocos rescoldos que quedan de la Cultura, valga la redundancia, como la revista Renacimiento, de la cual se publica su último número. Esos cañones manejados por artilleros con órdenes de idiotizar a la sociedad, con la metralla del entretenimiento soez para evitar que se piense, se plantee o se sea inteligente ni lista, que nada tienen que ver. La cultura no debe morir. No debemos ser cómplices de su asesinato por parte de aquellos que quieren convertirla en un rentable negocio y piensan que una cosa es buena o mala si vende millones de copias. La cultura debe ir más allá del mercantilismo capitalista y comercial, porque es más que eso, y tratar de destruirla debe ser algo imperdonable y punible.