martes, 28 de septiembre de 2010

Teletebeo


De todas las iniciativas para el fomento de la lectura, u oportunidades de negocio que haya podido ver a lo largo de mi vida, la que conocí en París este año me resultó poco más que original. A través de un servicio de entrega a domicilio, quien desee comprar cómics puede hacerlo sin necesidad de salir de casa, recibiendo ese mismo día o a la mañana siguiente el pedido realizado, como si de un restaurante de comida rápida se tratase. Esta forma de vender, desgraciadamente inviable en España por la escasa afición a la viñeta, resuelve uno de los actuales problemas de la sociedad, que no es sino la falta de tiempo. No en vano, cada vez es más difícil dejarse caer por una tienda especializada, ya que las obligaciones cotidianas y la vorágine actual apenas dejan tiempo para frikear un par de veces al mes, y de forma muy efímera. Es decir, comprar la serie que se sigue, pagar y salir de allí con prisas. Lejos de la tradicional adquisición de cómics vía Internet, esta atractiva fórmula se convierte en el favor que te haría un amigo si pasa por donde Juan o Agustín cuando se carece de ese momento o salto que tan necesario es para tener calidad de vida. Por tanto, alabo y aplaudo que exista allobd en París. Y en esta ocasión, espero y quiero equivocarme con respecto a la inviabilidad de una idea.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Análisis y contextos históricos


Tras varios días alejado de mi opinión diaria por motivos ajenos a mi voluntad y a la falta de conexión a Internet, quiero retomar la continuidad de este, nuestro rinconcito. En esta ocasión, quiero hablar de El Guerrero del Antifaz, uno de los héroes de mi infancia, uno de los tebeos que me enseñó a leer. Leo, con asombro, estupor y poco menos que hilaridad un análisis que podría ser definido de cualquier forma salvo riguroso. Definido como panfletario y filofascista, Manuel Barrero nos muestra que la obra de Manuel Gago no le gusta, y deja su opinión en lo que se le supone un estudio serio del mundo de la viñeta, restándole seriedad, valga la redundancia, a dicho trabajo. No hace mucho, leí que una escritora se quejaba de la falta de rigor histórico en la novela de este tipo, lo cual debería ser extensible a los análisis. No podemos examinar el pasado con la mentalidad actual, y menos enjuiciar que la obra fuese partidaria y parcial, porque no existía libertad para hacer lo que se quisiere. Convendría recordar que la época de El Guerrero del Antifaz, El Capitán Trueno y tantísimos otros era la dictadura, y que existía una censura que impedía expresarse con libertad a los autores. Así que definir una obra del pasado con conceptos actuales, olvidando y obviando esto, no es más que un acto de ignorancia supina y no un análisis serio de alguien que se define como estudioso.