viernes, 6 de agosto de 2010

Sucker Punch



Dejando al margen a políticos corruptos y honrados, actualidad y análisis de cualquier tipo, Zack Snyder nos sorprenderá el próximo año con una película de su autoría. Otra más que hará de 2011 un año en el cual será obligado ir al cine con tanto estreno que nos espera. Esta, tiene muy buena pinta, y como dice un amigo mío, una película hecha por un hombre, pensada para hombres. Ahora tocará convencer a novias, mujeres, esposas o compañeras que ellas nos devuelvan el favor que nosotros hacemos cuando vamos a ver al guaperas de turno actuando...

martes, 3 de agosto de 2010

Banderas que caen

Poco ha durado la euforia y patrioterismo español ocasionado por el Mundial de fútbol. Ese orgullo de sentir España en todos lados al grito de Yo soy español, español, español se ha convertido en una moda caduca más, y aquellas banderas rojigualdas, que no hace tanto ondeaban en fachadas particulares, adornaban balcones o eran usadas como estandartes en las antenas de automóviles, van desapareciendo lentamente, demostrando que estamos delante de un patriotismo de pacotilla que sólo viene dado cuando esos once pijos millonarios ganan trofeos. Nunca antes. Me pregunto si otra vez se usará el sentir de la Patria como un concepto fascista, caduco y dictatorial, pues esta es la sensación que tengo con este repliegue de enseñas nacionales, olvidadas, una vez más, criando polvo o sirviendo de alimento a polillas. No entiendo cómo se puede molestar esa gran masa cuando se reprocha que hagan apología de un patriotismo de pacotilla y galería, y fomenten un orgullo nacional si los fumboleros ganan. De nada sirve izar una bandera para después retirarla porque lleva demasiado tiempo ahí. La Patria no es una moda más, como la ropa. Es un concepto eterno que va más allá de ideologías o política, y como tal debe ser respetado, no sólo en momentos puntuales, como se viene haciendo de una forma tan vergonzosa como habitual.

Sobre gustos y colores

El sabio refranero español nos dice que el libro del gusto está escrito en blanco. No obstante, de los últimos tiempos para acá, observo un adoctrinamiento para asignar unos gustos y creencias según se sea de derechas o izquierdas, sin aceptar que haya gente, o personas que estén fuera de esos grupos porque la política les interese poco o nada. Conceptos como religión, creencias, espiritualidad o protección animal, que no animalismo se reparten como si fuesen los diferentes palos de una baraja de cartas, o la correspondencia de los buzones. Una vez olvidado, vilipendiado y obviado el derecho individual con tanta prohibición hipócrita, y esta vez no sólo hablo de las corridas de toros en Cataluña, los gustos personales se asocian a la política, cuando nada tienen que ver. No son pocos los ateos de derechas que conozco, que reniegan del catolicismo u otras religiones o los aficionados a la Tauromaquia simpatizantes de la izquierda, por ejemplificar de alguna forma. Eso por no hablar de los cargos de partidos políticos de cualquier color aficionados a las gambas y el buen comer. Entonces, ¿por qué ese empeño en catalogar e imponernos nuestras aficiones? ¿No se supone que vivimos en Democracia? ¿Para qué sirvió la sangre de las personas que murieron por alcanzar esta libertad de la que gozamos? No quiero aceptar y mucho menos tolerar que se me diga cuáles son mis aficiones, ya que soy libre y como tal entiendo que es una tontería hacer un perfil personal según gustos. Desgraciadamente, nos sacude un aleccionamiento brutal y cruel que, lejos de enseñarnos y unirnos, nos separa y condiciona, siendo lo peor de esto la permisividad social, que no actúa ante la evidencia. Me vuelvo a preguntar si alguna vez daremos el puñetazo en la mesa y diremos ¡basta! ante tanto abuso de todo tipo. A pesar de reconocerme como alguien de izquierdas, nada debe importar si lo soy o no, y por supuesto, qué debe ser aquello que me permita hacer mi vida más agradable. Porque nada tiene que ver una cosa con otra.