viernes, 2 de diciembre de 2011

Xerxes, de Frank Miller


Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, y salvo honrosas excepciones, las secuelas sólo logran estropear la continuidad de una magnífica historia, tal como sucedió en ese presunto cómic que fue DK2, perpetrado por Frank Miller, que se ha puesto ahora manos a la obra con Xerxes, una precuela de 300, editada en una miniserie de seis capítulos que será adaptada al cine. A pesar de no estar aún publicada, dudo mucho que esta historia tenga calidad alguna por mucho que se nos trate de vender el producto y el esfuerzo realizados. En esta ocasión espero equivocarme y realizar un buen análisis de esta historia que profundiza en el némesis de Leónidas en la Batalla de las Termópilas, y que sitúa la acción en Maratón, diez años antes, cuando combatió a los griegos. Poco más se sabe de la historia, lo cual da lugar a mucha especulación y hace que se espere con reticencias o agua de mayo, como es mi caso. Espero, y deseo, que este tebeo, ya que no me gusta la expresión novela gráfica, se pueda leer y disfrutar, porque cuenta un episodio apasionante de la Historia, y eso debe ser tratado con el rigor y la seriedad que merece, evitando las barbaridades, burradas y anacronismos que hacen muchos autores con el único interés de vender su obra.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Denuncias absurdas, gente absurda y jueces con guasa

Que la gente está perdiendo la inocencia, el sentido del humor y la magia es evidente como una verdad empírica y absoluta. Pero si además de la falta de estas tres cosas añadimos sus actuaciones ridículas, nos encontramos a personas indefinibles como la que ha denunciado al Rey Baltasar por tirarle un caramelo a la cara. Si, has leído bien, por tirarle un caramelo a la cara durante la Cabalgata de los Reyes Magos. No hace falta invocar al animus iocandi para reírse o más bien descojonarse de tan absurda denuncia, que el juez ha desestimado de forma irónica en un auto cargado de ironía y humor, diciendo que no se le puede juzgar porque su residencia es desconocida, porque lo conoce desde que tiene uso de razón y otras alegaciones que impiden que pueda llegarse a instancias más altas. Personalmente, creo que esta mujer de nombre baladí y poco trascendental, debería ocuparse de cosas más importantes, y no enfadarse por un caramelo. ¿Qué hubiese hecho si le hubiesen dado un balonazo? ¿O si el proyectil hubiese sido disparado por uno de los niños que va en la carroza? ¿Habría sido capaz de asaltar la misma para pedir cuentas al titular? Ni entiendo ni comparto la denuncia desestimada, y por supuesto no la respeto, porque esta señora ha hecho el ridículo más espantoso de su vida.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Balance de siete años

Terminó, afortunadamente, el mandato del peor gobernante que ha tenido España desde Fernando VII. El idealista vigilante de nubes se va a su casa con la conciencia tranquila y los bolsillos llenos, incapaz de reconocer sus errores mientras los cometía y de ver la responsabilidad de haber dejado a este país hundido en la miseria, la mierda y la ruina. José Luís Rodríguez Zapatero no ha sabido actuar ni ha querido hacerlo, ocupado en su revanchismo fanático por destruir los consensos de la Transición y resucitar las dos Españas, esas que se dieron la mano y quisieron caminar juntas hacia esa Democracia sobre la que ha escupido y ha usado como retrete, pues desterró su nombre ante las presiones de las minorías. Poco le ha importado destruir el Estado del Bienestar, su propio partido o el empleo, porque se aferró al poder de tal forma que era incapaz de ver la realidad. Obsesionado con la guerra civil, su interés era borrar de la Historia el franquismo, incluso el dictador si era necesario, como en la novela de Orwell 1984. No creo que sea necesario hablar más de este candidato a imitador de personajillo de tercera o cuarta división local, aunque haya logrado entrar en la Historia por su pésima gestión. Por eso, creo que lo mejor que se puede hacer es dejar de hablar de Zapatero y relegarlo al ostracismo y la ignorancia. Se lo ha ganado a pulso.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Cosas inimaginables

Este fin de semana se ha celebrado el duodécimo Encuentro del Cómic y la Ilustración de Sevilla, muchísimo mejor organizado que la edición anterior. A diferencia que en anteriores años, en esta ocasión la entrada no ha sido gratuita y los visitantes hemos debido desembolsar un euro al día que ha merecido la pena. Entre los autores invitados, cabría destacar la presencia de Chris Claremont, uno de esos nombres que, asociado a Stan Lee o Jack Kirby hablan por sí mismos, pues son parte de los creadores de los tebeos actuales. Poco podía imaginar yo que hace casi veinte años mi querido y admirado amigo Pere Olivé vaticinase que la persona que debía firmarme el tomo Dios ama, el Hombre Mata debía ser Chris Claremont. Aquella conversación quedó grabada en mi alma, pero jamás me planteé que podía llegar a materializarse, hasta este pasado viernes, que tuve la inmensa suerte de poder tenerle delante, para que estampase su autógrafo en una de las mejores historias que he leído. Elegí este tomo por aquella conversación, en las dos ediciones que poseo. Si antes tenía un valor especial, ahora Dios ama, el Hombre mata, forma parte de mis tesoros personales, junto a otros libros personalizados por alguno de sus creadores.