jueves, 2 de diciembre de 2010

Campañas de vergüenza

Una vez terminado todo este jaleo de las elecciones en Cataluña, sólo puedo decir una cosa sobre la campaña electoral: Me da vergüenza que se mancille el nombre de la Democracia de esa forma. A base de insultos, descalificaciones y con discursos llenos de palabras y vacíos de contenidos, no han hablado de lo que el pueblo quiere. Usar el sexo, los desnudos y otros motivos parecidos para arrastrar al votante indeciso me resulta penoso a la vez que vergonzoso e incomprensible. ¿Cómo se puede apelar a la frivolidad de esa forma, con una cosa tan seria e importante como la política? No me extraña nada que cada vez voten menos personas. Con campañas tan absurdas como la vivida en Cataluña, no me extrañaría nada que la gente pase de ejercer su derecho constitucional. Aunque pensándolo bien, ¿no sería posible que los políticos provocasen la abstención, a base de manipular para que exista una desidia y un desinterés general a la hora de depositar la papeleta?
Como veo que me alejo del tema, retomo para exigir campañas de respeto, donde el insulto esté prohibido, y se invite a votar al partido propio, evitando decir que lo peor que pueden hacer es votar al rival. Debe existir un respeto por el contrario, pues el sentimiento demócrata es el respeto al diferente, y eso no se ha visto en Cataluña.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Leguaje no sexista, lenguaje discriminatorio

Cada vez estoy más convencido de la inutilidad de muchos técnicos y asesores que trabajan en los organismos oficiales. Gente que, contratados a dedo en la mayoría de los casos, nos tienen que decir cómo debemos hablar, pensar o entender la libertad, imponiendo una dictadura políticamente corresta. En lo que se refiere al lenguaje, ya me estoy cansando de diferenciar entre masculino y femenino cada vez que hablo en plural, y como la Lengua Española carece en estos casos de un género neutro y me niego a hablar de mis lectorarrobas (lector@s), a partir de ahora volveré a usar el plural que me ordena la RAE cuando deba hacerlo. Y francamente, me importa un bledo la corrección política. De hecho, quiero ser irreverente con tanta gilipollez absurda y demagoga, con tanta incultura. Estos técnicos del lengua, parecen no darse cuenta de la discriminación que existe cuando hablamos de parados y paradas, actores y actrices o miembros y miembras. No son conscientes de la brecha social que eso supone, y cómo destruye la igualdad ante el reinado de la vaginocracia y el mandato del hembrismo más radical e intolerante. Decir que la palabra futbolista es discriminatorio, no sólo demuestra el nivel de conocimiento de quien lo propuso, sino que es un grave error, pues es un vocablo que sirve pata definir a un profesional, sea del género que sea.
Ante este asesinato y adoctrinamiento del lenguaje por parte de la clase política y sus inútiles asesores, sólo llamo a la cordura, al sentido común, pues no debemos permitir tanta tontería absurda, pagada con el dinero de todos los contribuyentes, que podría y debería ser usado de otra forma más productiva.

martes, 30 de noviembre de 2010

La utilidad de la F.P.O.

Demándome, en más de una ocasión infructuosamente, la utilidad de los cursos de Formación Profesional Ocupacional. Durante semanas, incluso meses, las personas que asistimos a este tipo de aprendizaje, nos formamos para una un oficio, y se nos vende un panorama de oportunidad, preparación y empleo. No obstante, cuando se superan las horas lectivas y se recibe el diploma correspondiente, la realidad muestra una cara diferente. La FPO, Formación Profesional Ocupacional es ignorada de forma sistemática por el tejido empresarial. De nada sirven las miles de horas de aprendizaje adquirido, salvo para mantener entretenidos a los alumnos asistentes. A pesar de su gratuidad en la gran mayoría, no sería menos cierto hablar del timo de la Formación Profesional Ocupacional, puesto que sólo sirve para lucrar a los monitores y que los diferentes estamentos oficiales obtengan fondos de la Unión Europea, justificando así mil historias y engañando estadísticas. Rogaría a quien corresponda que legisle de forma que esta modalidad sea tan válida como la reglada, puesto que suelen ser cursos prácticos que preparan a la mayoría para enfrentarse al mercado laboral en igualdad de condiciones que cualquier otra persona.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Jornadas del Cómic de Sevilla 2011

Con todo el pesar de mi corazón y lamentándolo mucho, este año me resulta imposible hablar bien de la organización de las undécimas Jornadas del Cómic, celebradas en la capital hispalense. Salvo el reencuentro con los chicos del fanzine Adobo, todo lo relacionado con la cita ha sido un tremendo fracaso. Caótica como nunca antes lo había visto, no sabía a donde dirigirme si quería asistir a las diferentes ponencias, muy interesantes, dicho sea de paso, pues no existía una debida señalización de las mismas. Puedo decir, como ya he dicho, y muy a mi pesar, que de seguir así, las Jornadas del Cómic de Sevilla sufrirán una decadencia tal que será su final en cuestión de dos o tres ediciones más. Espero equivocarme, y que esto sólo sea un fallo puntual, pues no me gustaría ver cómo la cultura se ensombrece un poco más por culpa de no se sabe quién. Ruego a los organizadores que traten de ofrecer el próximo año algo que esté a la altura, y no un espectáculo tan zafio, vergonzoso y exento de calidad como el que hemos tenido hace unos días. Los aficionados no nos merecemos ser tratados como ganado, como pude comprobar el último día cuando me dirigí a uno de los stands para cerrar un trato.