viernes, 31 de diciembre de 2010

Balance de una década

Hoy se termina el año, y con él se cierra una década, que pasará a la posteridad por su falta de esencia. Es una década sin pena ni gloria, donde ha triunfado lo efímero, el egocentrismo y los sentimientos con fecha de caducidad. Sin música que represente a los años '10, podemos definir este período de tiempo como el mas absurdo de la Historia. Las relaciones personales se han limitado a ver quién tiene más agregados en las diferentes redes sociales, en un aislamiento y un ostracismo nunca visto antes. El triunfo de la sonrisa falsa e hipócrita para quedar guapos en las fotos de perfil ha sido una tónica demasiado habitual, y la cultura del todo vale,los logros sin esfuerzo y la fama sin oficio ni beneficio han convertido a la sociedad en gente hedonista que sólo se preocupa del placer, de los derechos, y que es incapaz de madurar o respetar al resto, sea diferente o no. Centrados en el más puro materialismo del dinero o los cuerpos perfectos, las relaciones se basan en el peloteo más servil, y en el logro de lacayos y acólitos, olvidando y dando de lado a la amistad, y que podemos discrepar, incluso disidir de lo que nos ofrece el resto sin rechazar a nadie. Sinceramente, deseo despedir este 2010, y abrazar el nuevo año, la nueva década, con muchas esperanzas, con muchos deseos, y todos y cada uno de ellos buenos y esperanzadores.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Menos información, más basura

En el momento de escribir esta columna, apenas han pasado veinticuatro horas desde el cierre de CNN+, una emisora que me gustaba, por su variedad de contenido informativo, y con una altísima calidad en los mismos. Sin embargo, ayer a las 12 de la noche, fui testigo de su última emisión. Que cierre un medio de comunicación es triste, pues la pluralidad se vuelve un poco meno plural, valga la redundancia, y el pensamiento algo menos libre, ya que es más fácil condicionar la opinión si existen pocas formas de entender, redactar o informar sobre la misma noticia. Pero que la calidad sea sustituida por una mierda de canal como es la emisión de 24 horas de Gran Hermano, dice mucho de la catadura moral de las corporaciones empresariales que se dedican a explotar el sector audiovisual.Puedo entender que quieran adoctrinar a las masas, para hacerlas más sumisas aún si cabe, para evitar que cuestionen, ya sea el poder, la oposición o cualquier otra cosa,aunque bien es cierto que no lo comparto, motivo por el cual critico esta decisión empresarial. Lejos de construir una televisión de calidad, observamos como se niegan a hacerlo, diciendo al público que debe ver y no escuchando qué desea ver. Hace años que estoy harto de consumir mierda porque estos cuellos blancos opinan que un millón de moscas no pueden equivocarse al comer de la misma.

Tontos de las letras, resabidillos y maestros de incultura

Existe una costumbre en los últimos tiempos que, lejos de sorprenderme, no me pilla de improviso, pues no es de extrañar. Hablo de escribir, analizar y diseccionar el mundo del tebeo. A través de tesis doctorales, profundos estudios o ensayos, se mira con lupa todo lo que rodea a la viñeta y su entorno. Una labor loable donde la haya, y necesaria... de no ser porque quienes versan su literatura en este ámbito, lo hacen sin tener ni reparar sobre el tema, o haber leído más allá de Carpanta, Zipi y Zape o Mortadelo. Si bien hace unos meses era cierto escritor de cuyo nombre no quiero acordarme el que se vanagloriaba de no haber leído ninguno en su vida pese a escribir sobre ello, hace unos días, otro columnista de ABC planteaba la idea de que la filosofía en los cómics era inviable, quedándose en la superficie y queriendo imponer, una vez más una cultura de primera y de segunda clase. Me pregunto por qué no se encargan estos artículos a entendidos y/o estudiosos, y se los ofrecen a quienes tienen un total desconocimiento sobre el medio, los cuales ni siquiera se molestan en tenerlo. A mi manera de ver, para escribir sobre un tema, se debe conocer, pues de lo contrario flaco favor se hace. Dejar en manos de pedantes intelectuales los análisis de los tebeos, no sólo es una irresponsabilidad, sino una tontería más grande que un piano, ya que para ellos, cualquier cosa que incluya ilustraciones ha de estar destinada al público infantil, cuando todos sabemos que no es así.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Jamón, moros y cristianos

Cuando el esperpento, la anécdota y la ridiculez se transforman en cosas serias y ofensivas, cabría reflexionar qué esta fallando. No hace muchos días, un niño de religión musulmana se sintió ofendido porque su profesor habló del jamón en clase, mientras explicaba el clima de una zona determinada de España, llegando sus padres a denunciarlo por este hecho, un acto tan absurdo como totalitario, intransigente o intolerante. Olvidaron, no quisieron hacer caso o conocer a Cervantes cuando ponía en boca del Quijote aquella frase que le dirigía a su escudero, Sancho, para indicarle que donde fuese hiciese lo que viere, negándose a adaptarse a una sociedad donde la mayoría es vapuleada no por una mayoría diferente, sino por individuos que no entienden de respeto y sí lo exigen. A mí, poco me importa la religión de ese impúber ofendido, pues pienso que cada cual puede y debe creer en lo que desee o le hayan educado. Lo que no voy a consentir es que por un comentario que sirve de ejemplo para una explicación se ponga en entredicho a un profesor. Por esa regla de tres, películas como Pulp Fiction o Babe el Cerdito Valiente deberían estar prohibidas o censuradas, pues la primera tiene un excelente diálogo de Samuel L. Jackson con John Travolta sobre el cerdo, y la otra que me sirve para ilustrar, está protagonizada por uno. De no ser por este clima de intolerancia reinante, con todo políticamente corresto, me echaría a reír por la gilipollez de un niño que lo único que ha aprendido es a imponer su criterio, sin importarle el del resto.

Niña Repelente: Episodio 12