viernes, 17 de diciembre de 2010

Actos a los que no se debe faltar

Hoy he estado en la presentación del libro Sevilla, sin Mapa, de mi querido amigo Fernando Iwasaki, en el Hotel Alfonso XIII de Sevilla. En esta ocasión, la cita se trataba de un deber ineludible, una obligación, pues siempre he pensado que los amigos debemos apoyarnos en todo momento, y en actos como el de hoy, mucho más, donde acudí acompañado por otro amigo, y coincidí con una amiga, personas que tengo en una altísima estima. Motivado por las palabras de su autor, no veo el momento de sumergirme en las páginas de su libro, para disfrutar con una visión mucho más completa de la capital hispalense, que complementa a la perfección la que ya poseo, y voy descubriendo día a día cuando recorro sus calles, ya sea solo o acompañado. La conferencia a la que he asistido hoy no es una más, ya que me ha hecho muchísima ilusión poder asistir a ella, pues es la primera vez que veo a Fernando de autor, algo a lo que no me tiene acostumbrado, pues lo habitual suele ser que él presente la obra. Sólo puedo escribir palabras de elogio y agradecimiento en esta columna diaria, pues en este día que termina mientras redacto estas líneas, he tenido la suerte de vivir una de las más maravillosas experiencias que la vida me ha regalado.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Navidad sin esencia

No sé qué está sucediendo con las Navidades, puesto que se han convertido en una fiesta vacía, hueca y sin sentido, donde sólo importa ser felices y hacer regalos. Aunque no me gustan nada estas fechas, no dejo de reconocer que tratar de robar la parte espiritual para hacerla laica y evitar las ofensas a otros credos es una ofensa en sí, valga la redundancia, pues sólo se convierte en un motivo para gastar dinero y consumir de forma compulsiva, adoctrinando a las personas en el egoísmo más individualista y una competición por hacer el regalo más caro, todo lo contrario que estas Fiestas promulgan, pues el mensaje de amor, hermandad y felicidad se reduce a una tarjeta enviada, un mensaje de texto o un e-mail. Triste y desolador. Real. Superficial en esa esencia de la que hablo. Cuando veo las películas tradicionales de estas fechas o releo la Canción de Navidad de Dickens, me pregunto por qué nadie reacciona ni tiene visitas para que le hagan ver a la Navidad. Es cierto que cuando hay una silla vacía en la mesa ya no es igual, y que ese hueco es imposible de llenar aunque pasen los años, pero de ahí a transformar en materialismo puro y duro algo tan espiritual como estas celebraciones dista un mundo, lo cual no debe ser tolerado de ninguna manera. No deja de ser verdad que la Navidad debe ser celebrada por todo lo alto, pues debemos mantener la ilusión de los niños y quienes creen en algo más que regalos, borracheras y comilonas.

martes, 14 de diciembre de 2010

Magic, the Gathering

Tras innumerables intentos y huidas en vano, al final he picado y ya tengo mi primer mazo del juego de cartas Magic. En honor a la verdad, desconozco el destino de esta aventura que comienza a través de los diferentes multiversos, ni las personas que conoceré cuando juegue. A primera vista, parece algo muy interesante, y no estaría de más conocer sus entresijos. De nada han servido aquellas lejanas advertencias de un compañero de estudios en la Escuela de Arte para evitar ésto, ya que desde ayer por la tarde, cuando regresaba de ver la primera parte de la última película de Harry Potter, me pasé por la tienda de cómics para charlar e informarme sobre diferentes temas, como la partida de Dungeons o mi maqueta. En principio, el sistema de juego parece fácil, mas aún no puedo opinar con profundidad, puesto que no estoy familiarizado con el mismo, lo cual espero que suceda más pronto que tarde, y desde aquí arrojo el guante a quién tenga otro mazo y desee enseñarme a manejarme por este nuevo camino que empieza con un primer paso. Deseo reírme, contar anécdotas, escribir historias de capa y espada, un género que tengo abandonado hace tantos años que ni recuerdo cuándo narré una historia épica. Y creo que este juego, me servirá para ello. Así sea.