miércoles, 30 de diciembre de 2009

Sobre crisis, terroristas y empresarios sin escrúpulos

Durante el transcurso de esta crisis que nos azota, he olvidado mencionar a otros culpables de la misma, cuya forma de actuar podría ser definida como terrorismo, ya que siembran el terror y el pánico entre asalariados, proveedores o clientes. Hablo hoy de los empresarios sin escrúpulos, esos a los que la crisis no les supone ni reporta nada, y mucho menos les importa, pues incapaces de renunciar a sus dividendos, no dudan en usar todo tipo de artimañas para no dejar de ganarlos, o aumentarlos si cabe. Con la suspensión de actividades de Air Comet, he visto que, si bien les sobra el dinero y el poder, la clase, la dignidad, y gallardía les falta, ya que en una crisis particular son incapaces de dar las explicaciones convenientes y solucionar el problema, delegando en subordinados de los secretarios de los subordinados, que no saben cómo deshacer el entuerto que la avaricia creó. Para ellos no hay respeto que valga y lo hacen saber a través del desprecio. Hoy me he topado con un anuncio de una de las empresas del jefe de la patronal en primera plana, debajo de una noticia en la cual los trabajadores exigían su salario, su sudor, el pan de sus hijos, y me ha parecido escandaloso. No entiendo cómo se puede tener tanto cinismo, cómo se puede dormir por las noches. Me resulta imposible comprender cómo se pueden cerrar filas en torno a estos personajillos carentes de humanidad, cuyo interés es reinstaurar la esclavitud y que el trabajador pierda los derechos conquistados con sangre, sudor y lágrimas, con vidas que se quedaron en el camino. Cada vez veo más claro que esta crisis es un atentado terrorista, y que ninguna diferencia existe entre banqueros, empresarios exentos de escrúpulos o quienes hacen apología de la lucha armada para conseguir según qué fines.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Güigüichu



En estos días la rutina del blog ha sido un poco alterada. A partir del día 5 restableceremos la normalidad. Mientras tanto, ahí queda la felicitación de este año.
¡Güigüichu a tolmundo!