miércoles, 19 de marzo de 2008

Violencia en el deporte

Este fin de semana ha sido agredido el portero del Athletic de Bilbao por un energúmeno que dice ser bético. En nombre del fútbol, este señor lanzó una botella a dicho jugador, que le dio de lleno en la cara, ocasionándole graves heridas que necesitaron puntos de sutura. La cosa ha quedado en un encarcelamiento y posterior puesta en libertad bajo fianza de 3000 euros. De vergüenza. Esto quedará en una anécdota más, como tantísimas agresiones en nombre de tal equipo o cual... Nadie se planteará perseguir y acosar a los agresores, así como a las aficiones y seguidores de los equipos, como se hizo años ha con el asesino del rol, quién consiguió sembrar el pánico y llenar de prejuicios una afición inofensiva y exenta de violencia, así como promotora de la imaginación y el desarrollo. En eso no se fija nadie, pues los medios no le dedican el tiempo que merece, ni se molestan en investigar, ya que no vende si no hay morbo. No quieren informar, mostrar una afición sana y precursora de valores como el compañerismo, la tolerancia, la integración y un largo etcétera. Se han cometido muchísimos más delitos y agresiones en el ámbito de lo deportivo, y es algo normal y aceptado. Sin embargo, llega un psicópata que dice jugar al rol, aunque no lo haya hecho en su vida, y hace que todos los aficionados seamos considerados asesinos en potencia, con sus aires de grandeza y megalomanía. Lo qué hay que soportar.

martes, 18 de marzo de 2008

Insolidaridad con el resto

Hoy hemos vuelto a tener problemas con el autobús, a causa de los cortes de tráfico en la Semana Santa, pues no podía entrar en la parada, o mejor dicho, la marquesina a la que nos hemos visto relegados gracias a la gestión política del Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla, que ha dejado la parada para el transporte urbano, olvidándose de los pueblos. Hoy ha sido un día para olvidar, de esos que se desea que no existan, pues entre el tiempo empleado en llegar a la parada, excesivo por la muralla humana que saturaba todos los accesos a cualquier sitio, contempladora de la hermosura de los pasos de Semana Santa, la imposibilidad de moverme a mis anchas, para poder regresar, y la posterior sorpresa al comprobar que no existían indicaciones de una parada alternativa donde poder acceder al autobús, han hecho que los que estábamos allí esperando decidiésemos reclamar conjuntamente, salvo una persona, que decía que a ella no le importaba el servicio prestado, ya que no era usuaria habitual, y que no se iba a complicar para una vez que cogía el autobús. No se trata de cuántas veces se utiliza el transporte. Ese no es el problema. Tan sólo se le pedía colaboración en una reclamación conjunta. Apoyarnos en algo común, y no quiso. Todo porque no es algo que esté en su rutina... Esta actitud, insolidaria y egoísta, me lleva a la reflexión, pues no querer ayudar en pos de un bien común, aunque el asunto no ataña deshumaniza y nos aleja del concepto de bondad, a la vez que nos acerca al egocentrismo. Deberíamos reflexionar en todo momento sobre nuestras decisiones, no solo en el instante de tomarlas y llevarlas a cabo.

lunes, 17 de marzo de 2008

Conocedores e intérpretes del conocimiento

Hoy me han querido hablar del movimiento Bookcrossing, desde el más profundo desconocimiento, pero la más absoluta erudición. Mi interlocutor, que había escuchado una noticia en un telediario, me quiso explicar en qué consistía, sin acertar en absoluto las referencias. Hace años que colaboro con dicha iniciativa, liberando libros, tanto aquí, en Los Palacios, como en Sevilla capital, y este es el motivo por el cual le respondí que me daba pena que una persona tan inteligente como era él estuviese hablando de algo que ignoraba, con un conocedor del tema. Llevado por una inmodestia, sus comentarios rozaban la arrogancia, lo cual me obligo a evocar a Descartes cuando decía que sólo sabía que no sabía nada. Resulta incomprensible esta competición por el conocimiento. Este interés en conocer más que el resto, sin saber de lo qué se acumula da mucho qué pensar y sobre lo qué reflexionar. La sabiduría no debe ser tratada como un coleccionismo de ideas, ni para demostrar nada a esa galería de personajes que mencionábamos hace unos días. Este interés en aparentar lo que no se posee es preocupante. Demasiado preocupante...