sábado, 7 de febrero de 2009

El último cine

Hacía ya varios años que sus puertas habían cerrado, y que de aquella taquilla se dejaron de vender entradas para las diferentes funciones de las películas que allí se proyectaban. El Cine Nevada era un gran solar al que muchos especuladores habían echado el ojo, ofreciendo cantidades desorbitadas para la construcción de bloques de pisos de lujo o, incluso, un centro comercial, a lo que Rafael, su dueño, siempre se había negado. Decía que ese era su cine, el cine. Recuerdo como si fuese ayer la última función de aquel cine que tantos recuerdos nos trajo. A mí me gustaba quedarme hasta el final de las películas y leer los títulos de crédito, para así comprobar si existía alguna escena después. Así pasaron los años y el Nevada era abandonado por su público fiel, que prefería el espectáculo a la calidad de las películas.
Aquella noche, años después de la última función, Rafael, su dueño me invitó a visitar el local, que guardaba todavía la pantalla. Me senté en el patio de butacas, pidiéndole a su propietario que proyectase la última película, ya que a la mañana siguiente aquello no sería más que una explanada. Atento, en silencio, disfrutaba y me recreaba con los sonidos de la película, ese proyector que pasaba los fotogramas, cuando en ese momento sentí que no estaba solo.
-¿Rafael?- pregunté, extrañado, aunque no tanto, pues sabía que en el cine había un espectador que nunca pagó su entrada, y que acompañaba a quienes trabajaron allí.
Miré hacia atrás y vi una silueta que me resultaba familiar. No podía creerlo. Era Diego, el proyeccionista, muerto hacía años... Él era el visitante, el espectador que nunca pagaba. Lejos de asustarme, me emocioné y le pregunté que hacía por allí, olvidando la película, a lo que me respondió que cuidaba del cine, pero que dejaría de hacerlo en breves. Una larga conversación de risas que terminaba con el fantasma dirigiéndose a la pantalla, que mostraba un atardecer. Aquellos fueron los últimos instantes vividos en el Cine Nevada, que sería demolido para convertirse en un bloque de pisos de lujo, cerrando para siempre la historia de varias generaciones.

Inspirado en lugares, hechos y personas reales.

Demasiada calma

El año había comenzado muy bien, tras un trágico diciembre en el cual varias mujeres habían fallecido víctimas de sus parejas o ex parejas. Parecía que la calma empezaba a reinar, que los machos -que no hombres- estaban más calmados, incluso que empezaban a respetar a las mujeres, hasta ayer, que Orfa Enith era asesinada a manos de su ex pareja, mientras estaba de visita en casa de una amiga. La primera víctima de 2009, de este año que empieza, y las palabras que tan repetidas suenan. La condena y repulsa de este blog y su autor, que sigue sin comprender tantas cosas. Tanta calma, tanta ilusión por un mundo que parecía cambiar, y todo ello se va a la mierda, al traste o garete. Siguen matando a inocentes criaturas, cuyo único delito es dejar de amar por los diferentes motivos, tantos como personas. Es difícil enfrentarse a situaciones como estas, escribir post's o entradas como estas, aún cayendo en esos tópicos y esas palabras repetidas hasta la saciedad, que no deben caer en el olvido, ni convertirse en algo habitual. Debemos concienciar a la sociedad desde la más temprana edad. La última víctima tan sólo tenía 25 años, y eso es intolerable. Tarde ha comenzado la estadística, y mi deseo es que no haya ninguna más. Que Orfa Enith no sea un número. Por favor, si eres mujer maltratada, llama al 016. Allí te orientarán. No dejes que te anulen, destruyan o agredan.

jueves, 5 de febrero de 2009

Royalties que no se deben cobrar

Me llega anoche a última hora una noticia que me hace dudar, aún más si cabe, sobre la legalidad de la gestión de la SGAE, ya que me entero del cobro de royalties por la reproducción del Himno de Andalucía, obra de Blas Infante, obra cedida en exclusiva por sus herederos en el año 2001. Sin embargo, sus herederos han seguido recibiendo de la SGAE el cheque por dichas reproducciones, rechazado una y mil veces, según comunicaba un nieto de Blas Infante. Desde la SGAE defienden que ellos abonan a quién legítimamente le corresponde, sin querer entrar en materia del destino que éstos hagan con dichos ingresos. Con actitudes como esta, la Sociedad General de Autores y Editores demuestra que está plagada de ladrones a los cuales sólo les importa recaudar y no justificar los ingresos percibidos. Ya va siendo abusivo el comportamiento de esta asociación, supuestamente, sin ánimo de lucro, que actúa en comandita con el Gobierno, que permitió la implantación de un canon compensatorio por copia privada, por si acaso se hacían copias ilegales, robándonos toda presunción de inocencia. Ahora vienen con los derechos generados con la reproducción de uno de los símbolos de un pueblo, el andaluz. ¿Qué será lo siguiente? ¿Cobrar cuando se toque la Marcha Granadera o Real? ¡Ah, no! se me olvidaba que el Himno de España es una composición que data del siglo XVIII...

miércoles, 4 de febrero de 2009

Dibujo absuelto


Entre tanta queja de sistemas injustos, crisis que no son tales sino atentados terroristas y otros menesteres, llega una noticia que me alegra el día. Mi amigo Carlos Azagra ha sido absuelto por la publicación de una viñeta donde salía el presidente de Citibank España. Poco queda añadir, salvo dar mi enhorabuena y ofrecer birras y tapas para celebrarlo. Un golpe en toda la frente al capital(no me da la gana de ponerlo en mayúsculas), para que vean que nosotros también podemos darlos.

martes, 3 de febrero de 2009

Apologías del odio


El clima de crispación que se está viviendo en Europa da qué pensar. Por un lado, el gobierno de Berlusconi haciendo censos de gitanos residentes en Italia, de otra parte, ciudadanos de este país que no dudan en emprenderla a golpes contra ciudadanos rumanos, algo que se ha de rechazar de pleno, y como guinda para el pastel esa ola de manifestaciones xenófobas en el Reino Unido. Este avance de lo peor del ser humano es más que preocupante, puesto que nadie hace nada por evitarlo, más bien al contrario. Desde los Gobiernos, Ejecutivos, Cámaras de Representantes, etc., fomentan el odio a lo diferente, al extranjero, en una Europa que se supone sin límites, pero donde no quieren derribar los muros del odio, en una hipocresía demagógica que sólo acarrea más problemas, ruina y destrucción, de esa de la que hablábamos ayer. Sería necesario exigir responsabilidades a la clase política, para que se acostumbren a ver que no somos sólo un voto. Cuesta trabajo mostrar la tolerancia y el respeto al resto. Es más fácil echar la culpa al vecino, a la vecina, que no reconocer los propios fallos. Sinceramente, deberíamos dejar de ver las fronteras de una vez por todas, y empezar a pensar en el mundo como algo grande, algo que nos une y no algo que nos separa.

lunes, 2 de febrero de 2009

Terroristas

Cada día que pasa, y al observar los acontecimientos ante la economía mundial derrumbada, me doy cuenta de la inexistencia de la crisis, puesto que la situación actual sólo puede ser catalogada de una forma: atentado terrorista a la economía mundial. ¿Cómo si no podemos explicar que la banca reparta beneficios? ¿Cómo es posible que, mientras el mundo pierde poder adquisitivo los bancos sigan enriqueciéndose? ¿Cómo es posible que los diferentes Gobiernos estén contra las cuerdas? Si ETA, Al Qaeda, el IRA o cualquier otra organización atentase contra la vida de un inocente, cientos o miles, se hablaría abiertamente de acciones terroristas. Y yo pregunto, ¿acaso esto no lo es? ¿Arruinar una civilización completa no es terrorismo? Basta de tanta demagogia, de tantos eufemismos como recesión, desaceleración o incluso la palabra crisis. Estamos ante un grupo terrorista llamado Banca, a los cuales sólo les importa el dinero, y si para ello tienen que destruir a la Humanidad, no dudarán en hacerlo, ya que sus escrúpulos son inexistentes. Yo acuso, una vez más a esos banqueros. Yo defino sin paliativos a los mismos. Les llamo terroristas. No existe diferencia entre quién mata y quién siembra el terror. Unos destruyen la vida, otros las ilusiones y el futuro. Díganme, decidme... ¿Qué diferencia hay entre tanta destrucción?

domingo, 1 de febrero de 2009

Hair



Hace años que vi este musical, en un curso para formarme como operador de cámara, y quedé marcado por su calidad. Dirigido por Milos Forman, nos cuenta la historia de Claude Bukowski, un joven de la América profunda que se dirige a New York para ser reclutado y enviado a Vietnam. Durante su estancia conoce a una congregación hippie con la que entabla amistad.
Basada en el musical de Broadway del mismo nombre, fue dirigida por Milos Forman en 1979, con una maestría que sólo este director sabe regalarnos, a través de una película musical que nos dejó canciones como Aquarius(magistralmente adaptada por Raphael) o Let it sunshine.
Los tiempos cambian, y lamentablemente, hoy por hoy, un reestreno en el teatro sería impensable, por eso de lo políticamente correcto, ya que se habla abiertamente de libertad en todos los sentidos, drogas y otros temas más o menos peliagudos. Es una pena que nadie se atreva a transgredir con una obra maestra que todo el mundo conoce, de una forma u otra.