jueves, 2 de junio de 2011

Ochenta y dos

Decíamos ayer que estos cabrones que no amaban a las mujeres eran admirados y hasta deseados por una gran parte de mujeres. Cuando hoy me despierto con una nueva mujer asesinada a manos de su marido, vuelvo a sentir nauseas y siento, una vez más la necesidad de escribir, de decir ¡basta! y volver a cuestionarme tantas cosas. Una vez más vuelvo a rechazar de pleno la violencia de género, y es otra ocasión habitual la que me hace lanzar preguntas retóricas sobre la falta de denuncia o el silencio vecinal, a veces cómplice. Sé que en esta ocasión la víctima era muy mayor, pues contaba con ochenta y dos años cuando su marido le arrebató la vida, mas eso no justifica que debiese soportar la humillación constante. Me pregunto cuándo diablos se acabará con esta maldita lacra, cuándo se despreciarán y condenarán al ostracismo, aparte de la prisión a estos malnacidos que no saben cuál es el inmenso valor de la Mujer. No sé cuántas mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas, pero me siguen pareciendo muchas. ¿Se puede saber cuándo se va a hacer algo realmente efectivo? ¿A qué esperan los gobernantes para actuar? Es hora de pensar en estas pobres señoras como personas, y no números en una fría estadística. Ya está bien, ya está bien.

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