martes, 16 de noviembre de 2010

Xenofobia, prejuicios y política

En honor a la verdad, no sé si merece la pena escribir sobre la frase del señor Puigcercó nos ha dedicado a los andaluces o, sencillamente, y emulando a nuestro Rey decirle: ¿por qué no te callas?. Porque vaya perla que ha soltado al afirmar que en Andalucía no paga ni Dios. Hoy voy a hablar como charnego orgulloso de ello, como hijo de emigrante que soy, pues gracias al sudor de andaluces y extremeños en su gran mayoría, Cataluña está donde está. Esa mano de obra sobreexplotada que dejó atrás su tierra, sus orígenes, su familia, en definitiva, todo para poder llevarse un trozo de comida a la boca, para alimentar a sus hijos, sin que haya pasado un solo día en el cual no hayan añorado el lugar que les vio nacer. ¿Cómo se le ocurre, señor Puigcercó, insultar o injuriar a nuestro pueblo? ¿Cómo es capaz de tener tan poca vergüenza? ¿Sabe usted, acaso, qué sucede en el resto de España? Veo que no, que sólo es un egocéntrico al cual sería fácil tachar de cualquier insulto, pero que aquí obviaré a pesar de resultarme extremadamente tentador. Le aconsejaría, señor Puigcercó, que saliese de su despacho, de su Cataluña y viese el resto del territorio, no sólo Andalucía, para ver cómo trabajamos y contribuimos al fisco durante años, para que después nos quede una mierda de pensión de jubilación, invalidez o viudedad, mientras usted tendrá la vida resuelta por el único mérito de haber insultado al pueblo andaluz.

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