miércoles, 27 de enero de 2010
Activismos
Hay veces en las que soy incapaz de soportar y/o tolerar activistas y activismos varios, pues sus ideas y actuaciones se suelen parecer en más de una ocasión a los comportamientos más intolerantes, reaccionarios y dictatoriales que el ser humano es capaz de tener. El otro día, mientras salía de comer de un restaurante de comida rápida, pues me apetecía un poco de comida basura, se me acercó un miembro de una asociación para el tratamiento ético de los animales, a darme un folleto explicándome cómo terminaban sus días los animales cuya carne era destinada a estos sitios, un hecho que conozco bastante bien, pues tengo amigos carniceros y me suelen explicar el proceso. Ahíto de esa cultura norteamericana que se ofende al ver de dónde provienen las diferentes viandas, le respondí a este señor que yo sabía muy bien cómo se trataban a las diferentes especies de ganado, pues trabajaba en un matadero, y me llevaba ocho horas diarias entre carne recién muerta, algo totalmente incierto, pues ya sabes, querido lector, querida lectora, que mi trabajo es otro. La reacción de este activista no se hizo esperar, y al grito de asesino trataba de usarme como ejemplo de ser vil y cruel contra el que había que luchar. Con más pena que otra cosa, ignoré al pobre vegano, sin responder a sus gritos, porque no merecía la pena, aunque me hizo reflexionar sobre los activismos extremos y su falta de respeto y tolerancia, pues nos tratan de imponer y exigir una filosofía de vida, sin respetar nuestras dietas, pensamientos, o aficiones. No estoy en contra del activismo, de la lucha. Es más, la veo necesaria. A lo qué soy contrario es a que no se me respete mi libertad de elección, de pensamiento, o de expresión, y por supuesto a que se me insulte o se ponga en duda mi intelecto por apoyar a una causa u otra.
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Amén. Esa gente cae en manos de cualquier grupo terrorista y acaban matando o muertos a tiros. Ecoterrorismo, el siguiente paso no está muy lejos.
ResponderEliminarPues sí, dezaragoza. Exigen respeto, y se olvidan de respetar.
ResponderEliminarUn abrazo.