¡Aléjate de mi habitación!
¡Aléjate de mi cama!
¡Ya no quiero esas noches
follando en orgías de depresión!
Quiero en mi cama el deseo, la pasión, el amor.
Quiero dejar las orgías de depresión y desesperanza.
Quiero mi lecho para mujeres a quién amar.
Quiero mi lecho para mujeres a quién mimar.
Soledad que no me abandonas,
Déjame que acuda a ti
Cuando desee hacerlo.
Tristeza que te pegas a mi alma.
Despégate.
Visítame
Cuando necesite de esas alegrías
Para no olvidar
Efímeras risas,
Efímeras lágrimas
¡Aléjate de mi cama!
¡Ya no quiero esas noches
follando en orgías de depresión!
Quiero en mi cama el deseo, la pasión, el amor.
Quiero dejar las orgías de depresión y desesperanza.
Quiero mi lecho para mujeres a quién amar.
Quiero mi lecho para mujeres a quién mimar.
Soledad que no me abandonas,
Déjame que acuda a ti
Cuando desee hacerlo.
Tristeza que te pegas a mi alma.
Despégate.
Visítame
Cuando necesite de esas alegrías
Para no olvidar
Efímeras risas,
Efímeras lágrimas
Moooooola
ResponderEliminarVaya, tu copla y la mía se complementan, que curioso...
ResponderEliminarAunque yo no pido ya amor, se me deniega siempre, así que al menos durante un momento, si tengo mis caricias...
Besicos
Desgarradora poesía. Pero yo lo pondría en singulasr: quiero en mi lecho una mujer a quien amar. Si lo has escrito a alguien en particular, el singular es más punzante para esa persona.
ResponderEliminarTengo que reconocdr que me gusta como escribes.
Un beso
Gracias, dezaragoza...
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, querida Belén. Nos complementamos... Algún día te contaré mi ausencia de caricias.
Besicos.
Cuando vomité este trocito de alma, querida Encarna, no estaba para amar a una sola mujer...
No terminaré nunca de agradecerte tu apoyo.
Un abrazo.