sábado, 21 de junio de 2008

Motivos para no insultar

Hoy he escuchado a unos niños cómo decidían dejar de acosar a otra niña a la que traían por la calle de la amargura, pues su relación con ella se basaba en insultos y vejaciones. Lejos de decidir que iban a dejarla en paz porque no estaba bien su actitud, querían cesar su actitud por los varios intentos de suicidio de esta adolescente de apenas 16 años. Es decir, no les importaba lo más mínimo cómo se podía sentir ella, si estaba mal o andaba en una profunda depresión. No. Ellos no querían insultar porque no querían sentirse culpables si existía un último intento de suicidio. A ellos sólo les importaba eso. No ser responsables de un suicidio, cuando ya es tarde, porque hay una niña acomplejada, llena de miedos y frustraciones, que estará marcada durante muchísimo tiempo. Todo por un exceso de crueldad infantil y un asedio que me recuerda una época vivida en un pasado muy lejano, pero que vuelve a mis recuerdos en momentos como este, cuando me veo reflejado en esos niños y niñas acosados en el colegio, la calle o su entorno. ¿Cuándo parará esto? ¿Cuándo se educará en tolerancia y respeto?

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