jueves, 27 de enero de 2022

Carta abierta a Juan del Val, Pablo Motos y El Hormiguero

Señores Motos, del Val y el resto de colaboradores de El Hormiguero:

Permítanme que me dirija a ustedes con el respeto que no desean demostrar a los niños y niñas de altas capacidades, a sus padres y al resto de la sociedad, puesto que los han usado como blanco de burlas en horario de máxima audiencia, sin importarles lo más mínimo sus sentimientos o circunstancias personales. Han aprovechado su programa para hacer apología de algo tan grave como es el acoso escolar porque son niños con necesidades específicas de atención educativa y los ven como una moda. Que no tengan la más mínima idea de lo que son las altas capacidades puede resultar comprensible porque no les ha tocado de  cerca y/o estén muy ocupados para prestarles atención. Se les llena la boca diciendo que hay que luchar contra la lacra del acoso escolar, pero aprovechan el más mínimo resquicio para colar sus burlas a niños y niñas que sufren la marginación del sistema, sus propios compañeros y profesores. ¿Saben ustedes algo sobre este tipo de necesidades especiales de atención educativa? Mucho me temo que no. Porque de haber leído lo más mínimo o haber hecho una simple llamada de teléfono hubieran tratado el tema de manera diferente. Y ya no se trata de esta peculiaridad de nuestros hijos. Se trata de la burla de una cosa tan grave como el acoso escolar, que mata. Sí, señor del Vals, señor Motos. El acoso escolar mata. Porque el suicidio de una víctima de esta lacra es un asesinato en diferido. Hágame un chiste al respecto, don Pablo. ¿Se atreve? Veo que no. La audiencia se le echaría encima. Sin embargo, con nuestros hijos, no hay reparos en usarlos como blancos de burlas por la característica que los hace especiales. O mejor dicho diferentes. Pero no tienen en cuenta una cosa. Que se están burlando de niños. Una vez más usan a los más débiles como blanco de sus mofas y su crueldad. ¿Qué sabrán ustedes del sufrimiento de los más pequeños de la casa, y por ende de sus padres? ¿Han olvidado cuando eran ustedes las víctimas de los acosadores? ¿O acaso su papel era el del opresor? Porque en ese caso entendería ese debate que tantas risas les provocaba... Por eso escribo esta carta abierta. Para expresarle mi más absoluto y profundo rechazo a sus palabras y el tono socarrón de las mismas. Es intolerable que se blanquee algo tan serio como el acoso escolar y por ello les exijo unas disculpas y una rectificación inmediata. ¿Cómo le sentaría, don Pablo que una de sus hijas sufriera acoso escolar y que le restasen importancia al tema? Nadie, absolutamente nadie, debe consentir que los niños sean víctimas de los abusos y la crueldad de las palabras de un comunicador. Y ahí es donde entra su labor. No todo vale para generar audiencia y obtener rédito televisivo, máxime cuando el respeto a las personas se pierde. Porque entonces también se deja atrás la profesionalidad. Háganselo mirar.

Reciban un cordial saludo,

Gabriel Díaz Barragán

 


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