martes, 28 de septiembre de 2010

Teletebeo


De todas las iniciativas para el fomento de la lectura, u oportunidades de negocio que haya podido ver a lo largo de mi vida, la que conocí en París este año me resultó poco más que original. A través de un servicio de entrega a domicilio, quien desee comprar cómics puede hacerlo sin necesidad de salir de casa, recibiendo ese mismo día o a la mañana siguiente el pedido realizado, como si de un restaurante de comida rápida se tratase. Esta forma de vender, desgraciadamente inviable en España por la escasa afición a la viñeta, resuelve uno de los actuales problemas de la sociedad, que no es sino la falta de tiempo. No en vano, cada vez es más difícil dejarse caer por una tienda especializada, ya que las obligaciones cotidianas y la vorágine actual apenas dejan tiempo para frikear un par de veces al mes, y de forma muy efímera. Es decir, comprar la serie que se sigue, pagar y salir de allí con prisas. Lejos de la tradicional adquisición de cómics vía Internet, esta atractiva fórmula se convierte en el favor que te haría un amigo si pasa por donde Juan o Agustín cuando se carece de ese momento o salto que tan necesario es para tener calidad de vida. Por tanto, alabo y aplaudo que exista allobd en París. Y en esta ocasión, espero y quiero equivocarme con respecto a la inviabilidad de una idea.

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