miércoles, 24 de noviembre de 2010

Me duele mi Betis


A pesar de no reconocerme como aficionado al fútbol, sino todo lo contrario, un gran detractor, no puedo dejar de sentir pena por el equipo de mis amores, el Real Betis Balompié, ya que es muchísimo más que un montón de tíos en calzoncillos pegándole patadas a un balón. Ser bético es un sentimiento que dejé aparcado cuando Lopera despidió a un querido amigo cuyo sueño era jugar en el primer equipo, y que juré no volver a retomar mientras éste estuviese al frente del Club. Hoy ya no está, al menos en su cara visible, mas compruebo como el vil metal está asesinando lenta y cruelmente a una Institución Mundial, unos sentimientos. A estos que pelean por su control, sólo se me ocurre llamarlos torturadores, asesinos incluso, pues están acabando con algo muy profundo, ya que sólo ven el conjunto de Heliópolis como una inversión. No, señores, no. El Betis es mucho más que eso, más que un paquete de acciones. El Betis es mucho Betis, y no se merece esto. Por favor, dejen de jugar con él, de usarlo para sus intereses particulares como si fuese un negocio más que debe ser explotado hasta la saciedad. Los aficionados no nos merecemos esto. El Betis no se merece esto.

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