martes, 19 de enero de 2010

Roxxxy

Cuando vi por primera vez Blade Runner, me llamó la atención que Rachel fuese una replicante destinada al placer. Sin embargo, como a tantísimos otros, me enamoró el personaje. No hace muchos días, la noticia de una muñeca destinada al placer que escuchaba, me hizo recordarla, pues habían creado una androide capaz de escuchar y empatizar con su dueño. Aunque a primera vista podemos ver hilarante dicho invento, no deja de tener un tinte terrorífico a la vez que triste, y es por la falta de empatía humana. Tener que recurrir al sexo frío y que una muñeca sea capaz de sentir la empatía que el resto niega da verdadero pánico, pues como dicen sus creadores lo único que le falta es andar. ¿En qué se está convirtiendo el ser humano, encerrándose o escudándose detrás de frías pantallas de ordenador o redes de ostracismo como el Feisbuk? ¿Por qué se prefirieren evitar o rechazar las relaciones íntimas con personas para tener un robot que nos complazca? ¿Por qué se vende tanto egoísmo camuflado entre progreso? Puede resultar ridículo que un ser artificial nos comprenda, escuche y hasta se identifique con nosotros, pero no deja de ser preocupante y temible que se cambie por amistades, y gente querida, a la que se evita no ser una corte de bufones, súbditos y lacayos que dan la razón aunque no se tenga.

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