martes, 4 de agosto de 2009

Hiperrealismo y veracidad en la fantasía

Cuando nos sumergimos en las páginas de un libro, en los fotogramas de una película o las viñetas de un tebeo, hacemos un pacto no escrito con los autores que nos cuentan la historia. Nos creemos a pies juntillas aquello que nos narran, sin ponerlo en evidencia. Sin embargo, de una temporada a estos días, ese trato no se respeta, y se acusa de ridiculez o tontería supina que Superman vuele, Hulk tenga superfuerza o exista un supersoldado capaz de derrotar él solo a un ejército enemigo. Ciertamente, podemos analizar desde la lógica alguno de estos planteamientos, pero debemos recordar y no olvidar que son obras de fantasía, y que prácticamente todo es posible en ese mundo imaginario. Es muy probable que haya cosas que se caen por su propio peso, como los contenedores de antimateria fabricados de materia, pero el resto es sólo producto de esa tan extrañada y añorada imaginación. Con esta hiperrealista actitud, la imaginación queda relegada al olvido, desterrada por su inutilidad, pero yo la reclamo, yo la exijo. No debemos perderla. Hay que imaginar, pues es la materia de los sueños, y sin ellos el mundo no es más que un lugar hinóspito, y debemos seguir pensando que lo que nos cuentan es real. Al fin y al cabo, durante una lectura, una película, un tebeo o un vídeojuego, estamos en otro mundo. ¿Porqué debe parecerse a la realidad?

3 comentarios:

  1. Bueno, porque es la forma de contarlo, si te digo de repente que me han salido dos alas en la espalda, no te lo vas a creer, pero si hago un texto hablando de la extraña transformación de mi espalda, y que acaba en unas hermosas alas, si me crees y hasta lo aplaudes...

    Besicos

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  2. Gracias, amigo dezaragoza.
    Se te echaba de menos.
    Un abrazo.

    Si tú me cuentas una historia así, querida Belén, te invito a que vengas a Sevilla para tomar algo.
    Besicos.

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