lunes, 20 de julio de 2009

Astronauta y escritor

No recuerdo tener tan clara mi profesión desde pequeño. Cuando mi maestra me preguntaba qué quería ser de mayor, yo respondía que astronauta, o eso, o escritor. Si bien aquellos días quedan atrás hace más de 30 años, el sueño de viajar al espacio quedó relegado al recuerdo de mi más tierna infancia, pero no olvidado, pues todavía miro a las estrellas soñando con ver mi casa desde algún lugar remoto de la Galaxia. Quizá esa llegada a la Luna que vi años después de que se produjese, pues aún no había nacido, marcó que me interesase por la literatura de ciencia ficción y los viajes espaciales e interestelares, siendo mi género favorito a la hora de escribir. Como bien sabes, querido lector, querida lectora, no vivo de lo qué escribo, pero me considero escritor, o ciberescritor desde que día a día dejo mis pensamientos en nuestro en éste nuestro rinconcito.
Hoy hace cuatro décadas que el hombre pisó la Luna, tan lejana, pero a la vez tan accesible, y no quería desaprovechar este día para agradecer a esos tres hombres su contribución a los sueños de tantísima gente. No sólo fue un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la Humanidad. Fue más que eso. Para mí lo fue...

5 comentarios:

  1. ¿Y quién no ha soñado con poder volar entre las estrellas? Una narración muy bonita.
    Saludos

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  2. ¿Y cuándo dejas de esconderte en este rinconcito y te atreves con una novela larga y en serio?.

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  3. Eso es lo que le digo yo al Cyber, que le de a la manivela y empiece una gran novela, que no se corta ni larga sino buena para leerla. Dale caña al tintero que leerla quiere el mundo entero....jejeje

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  4. Jo, pues yo jamás me he considerado escritora, y de pequeña quería ser bailarina, como los de fama (jajajaj)

    Besicos

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  5. Querida Sol, ya te echaba de menos por aquí... Me alegro que te guste la narración.
    Un beso.

    En ello estoy, dezaragoza, en ello estoy...
    Un abrazo.

    Ya sabes, amigo Jass que proyectos no me faltan. A ver si termina de cuajar Tecnofobia...
    Ya os contaré.
    Un abrazo.

    ¿Y lo lograste, querida Belén?
    Besicos.

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