Sarkozy, Bruni y las plumas verdes

Durante días no se ha hecho otra cosa que enseñar los modelitos de Carla Bruni, lo monísima que iba ella y se ha hablado muy poco, por no decir prácticamente nada, de lo qué ha venido su marido a España. Se han centrado en la crónica rosa, que nos recordaba a aquellos pretéritos tiempos de noticiarios en blanco y negro proyectados en el cine. Personalmente, debo decir que he terminado de Sarkozy y Carla Bruni hasta la punta de mi pelo más largo, pues se ha saturado hasta la saciedad con palabras que no decían nada. ¿Acaso es más interesante la retaguardia de la Princesa de Asturias y la Primera Dama francesa que los acuerdos en materia antiterrorista? ¿Acaso no tenemos demasiado con la prensa rosa? Me parece demasiado que se haya caído tan bajo, y por supuesto que lo hayan hecho aquellos programas y noticiarios que critican la prensa del corazón. Así que desde estas líneas no me queda más remedio que decir que he quedado harto de este matrimonio tan glamouroso, que olvida los problemas de la gente real, como siempre. Es lo qué digo siempre: mientras las altas esferas se divierten, el pueblo se muere de hambre... ¡Qué vergüenza!