viernes, 17 de octubre de 2008

Destruyendo la Historia

Una de las cosas que jamás entenderé es la destrucción de edificios antiguos por el afán renovador de los políticos o propietarios de solares. Poco importan los restos arqueológicos o trozos de la historia que se destruyen en pos de la especulación inmobiliaria y el poder del dinero. Para mercaderes como estos, el suelo sólo tiene precio, sin valor ninguno, y la Historia, narrada o no por los vencedores, se convierte en batallitas de abuelo o recuerdos de los viejos que se sientan en los bancos. Poco aprecio tienen a un yacimiento arqueológico, aunque sea el mayor encontrado en Europa, pues ese terreno es un sitio perfecto para edificar plazas de garaje. Me hace gracia que quieran ser entendidos en Arte, y que se gasten millonadas en cuadros de Picasso sólo por decir que tienen un trabajo del malagueño en su casa. A su vez, contemplo triste y preocupado, que lo viejo deja de tener sentido y utilidad para ellos y ellas. Este interés renovador debería ser penado con severidad, y no obviado cuando interese al político de turno, más preocupado por los votos que por la herencia y riquezas culturales que sean legadas a quién venga detrás. Se habla mucho de memoria histórica, de preservar el patrimonio, pero nadie educa ni enseña en esos valores, pues no interesa que se recuerden las gestas del pasado, sobre todo si las ideas políticas del predecesor son contrarias o distintas a quién gobierna.

5 comentarios:

  1. Me ha encantado...tienes mi voto, paisano!

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  3. Yo con eso estoy totalmente deacuerdo, en Dos hermanas habia un recinto que se llamaba Villa Pepita, que estaba muy cerca de la estacion, era precioso, con una estetica arabe, y unos jardines esplendorosos, yo un dia hablando con mi padre de que eso deberia ser rehabilitado para uso y disfrute de todos; cual fue la sorpresa de que unos meses despues habia unas escavadoras dentro y arrasaron todo para construir pisos y aparcamientos, una pena de verdad.

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  4. Gracias por el voto, Eva. Ya sabes que aquí en Los Palacios no queda nada de la herencia del pasado... Es muy triste y penoso... Cuando paseo por sitios como Carmona, tengo envidia sana de todo aquello que conservan...

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  5. cierto...que pena.He visto estos casos por toda España, en todas los lugares que estuve viviendo siempre hubo aberraciones de este tipo. ¿Por qué no reutilizarlos? No claro, eso ya no da dinero a los del ladrillo...que tonta soy a veces...

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