martes, 19 de julio de 2011

La (in)decencia del socialismo español

Que José Luís Rodríguez Zapatero es un incompetente con capacidad nula de gobierno es tan evidente que ha dejado de ser querido y respetado dentro de sus propias filas, no siendo pocas las voces que piden su dimisión y salida del Gobierno. No obstante, y pese a que sus gestión está hundiendo a España en la mierda y la miseria, éste se empeña en seguir al pie del cañón, como si de aquellos galos de los tebeos de Astérix se tratase, sin importarle un bledo que haya cinco millones de parados, haya gente, y no sólo personas, que estén pasando hambre, la economía esté casi en bancarrota o que exista riesgo de intervención si esto sigue el ritmo actual. Aún así, nuestro Primer Ministro sigue rodeado de pelotas, lacayos y palmeros que apoyan su decisión de no convocar elecciones anticipadas o dimitir, algo indecente si observamos la actualidad y la situación dentro y fuera de nuestras fronteras, donde se nos ha dejado de tomar en serio y en cuenta. Apoyar a alguien que sólo desea el poder a cualquier precio no sólo es indecente, sino ignominioso, vergonzoso y repugnante. Si el Partido Socialista tuviese la decencia y gallardía suficientes, exigiría un adelanto de elecciones, pues no se puede permitir que se lleve a un país entero a la ruina por el simple capricho de un ególatra con aires de superioridad y dotes de iluminado, que cree estar haciendo las cosas bien, cuando en realidad no deja de meter la pata con cada decisión que toma.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. El problema de los grandes partidos es que no hay ni voces críticas (solo hay palmeros) y por ello no hay renovación, no es normal que ZP siga, ni lo es que los candidatos a sucederle sean dos "dinosaurios" como Rubalcaba en el PSOE y Rajoy en el PP. Es muy frustrante la situación actual.

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  2. No se permiten discrepancias, Artabro, ni una crítica constructiva o debates que permitan mejorar. Todo debe ser la obediencia ciega al líder... Y es una pena que ésto suceda en Democtacia.
    Un abrazo.

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