miércoles, 10 de noviembre de 2010
Ortografía
No voy a hacer caso de las nuevas leyes gramaticales. Existen muchísimos motivos, pero el principal de esta insumisión es que considero la Lengua Española tan rica como variada, y estimo que esta nueva revisión es un atentado en toda regla contra dicha riqueza, así como un despropósito y una auténtica gilipollez. No voy a entrar en análisis, ya que no soy más que un humilde escritor, y como me alejo de la carrera de Filología Hispánica, no sabría hacerlo. Aún así, como enamorado de la Palabra y del Idioma, me veo en el deber ineludible, moral y personal de tirar de las orejas a esos académicos que piensan que nuestro Idioma debe empobrecerse con tanta norma que no viene a cuento. ¿Acaso olvidan su lema, limpia, brilla y da esplendor? Me niego a escribir ceta cuando debo decir zeta, a privar de los acentos a las palabras o desterrar la ortografía de mi diccionario. Desde estas líneas, quiero osar invitar a esta sublevación, puesto que no debemos consentir que ningún chupatintas empobrezca con su ignorancia la Lengua Española.
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