domingo, 27 de junio de 2010

Vísperas de batalla

Calma tensa se respiraba la víspera de aquella cruenta batalla contra la Legión Negra, comandada por Abaddon en aquella ocasión. Varios capellanes, entre ellos Lemartes y uno de sus asistentes, Palafox, examinaban a sus hermanos para comprobar que no fuesen dominados por la Rabia Negra, y no terminasen sus días embutidos en las armaduras de color azabache, decoradas con las aspas encarnadas, pertenecientes a la Compañía de la Muerte. En la Capilla del Hermano Sanguinius, alejado de todo, en profunda meditación, delante del Altar del Primarca, se encontraba arrodillado, sujetando su enfundada espada de energía el hermano Virgilio, recitando las letanías que rodeaban su arma, que contaban en gótico antiguo las gesta del Emperador. Desprovisto de su casco que reposaba encima del Altar junto a su bólter artesanal, decorado con un cáliz repujado en oro, dominaba así sus visiones de Sanguinius en el Palacio Imperial y la Última Batalla, que le enfrentó al Architraidor Horus, cuyo nombre siempre es maldito por todas las compañías de los Ángeles Sangrientos. Así aguardaba su confrontación, deseoso de entregar la vida por sus refrenar sus sanguinarios y sangrientos instintos...

2 comentarios:

  1. En mi pecho el ardor del fuego, me impacienta, la hora esta cerca, mi mente vuela hacia el campo de batalla antes de que estemos alli, vislumbra a la Legion y tambien a mi objetivo, tengo que llegar hasta su estandarte sea como sea, no habrá nadie que me detenga, estoy preparado. Mis armas dispuestas y mi animo fervoroso me llevará a la victoria. Soy la muerte, soy Vanadiel, hijo de Krom. Mi linaje estara orgulloso de que muera en esta batalla.

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  2. Muy bueno, amigo, Jass, pero los Lobos Espaciales son más cafres...
    Jajajaj

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