jueves, 18 de febrero de 2010

'Sevillanissimismo'

La última idea del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sevilla ha sido multar con sanciones de 90 euros a todo vehículo que permanezca en el centro de Sevilla más de 45 minutos, siempre y cuando no sea residente, o atraviese el mismo por el interior. Alegan que es para evitar el impacto medioambiental y para fomentar el uso de transporte público. Esto último sería ideal de no ser por el paupérrimo servicio de autobuses urbanos que la capital hispalense, al igual que toda Andalucía, padecen. Es decir, que a mí, que no soy residente en el Casco Antiguo de Sevilla se me niega mi derecho a ir a comprar, o a visitar a un amigo si voy en coche. Podemos hablar de puntilla a la economía de sus comercios y aislamiento de habitantes, que no podrán recibir visitas, porque a unos cuantos señores que pueden ser definidos como sevillaníssimos se les ha antojado reconstruir las murallas de la ciudad, en nombre de un progreso que no es sino un ideal reaccionario y orwelliano, que nos introduce en la esencia de la novela 1984, pues se sabrá quién incumple dicha limitación de tiempo al ser controlados por cámaras de videovigilancia. No sé a donde vamos a llegar con tanta norma absurda, con tanto prohibicionismo de aquellos que pregonaban prohibido prohibir desde unas barricadas que cambiaron por mariscadas, porque se aburguesaron. Es triste que se vuelvan a levantar murallas, y que se haga gala de un falso progresismo que no es sino un comportamiento dictatorial encubierto, en nombre de la defensa de las libertades.

2 comentarios:

  1. Lo del centro de Sevilla es que ya clama al cielo. Entre el "caprichito" del Alcalde (el tranvía) y lo de la Encarnación, los autobuses ya no paran allí, se están cargando el centro.

    Eso sin contar con los cambios de sentido en las carreteras. En mi barrio hubo un tiempo en el que un día se podía entrar por una calle y al día siguiente era contramano, y así estuvimos un par de meses, que ya ni sabíamos por dónde podíamos entrar¬¬

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  2. Es de vergüenza, Nanami. Sinceramente, no entiendo cómo se atreven a decir que aman a la ciudad, cuando la están convirtiendo en un lugar inhóspito o inhabitable. Están haciendo una Sevilla sevillaníssima, un lugar donde sólo tiene cabida el pijo sevillano, y sobra todo lo demás, pueblos incluídos. Quieren una Sevilla costumbrista, reaccionaria, anclada en el Barroco del siglo XVI, y eso quedó siglos atrás. Por eso invito a rebelarse contra los apologistas de la dictadura, camuflado bajo las siglas del PSOE local... No podemos dejar que la capital hispalense se muera por caprichosos políticos a los que la ciudad les importa poco o una mierda, como han demostrado al ignorar el yacimiento de la Encarnación y sembrar dos setas que desentonan en cualquier centro histórico...
    Un beso. Bienvenida a esta, tu casa. Espero verte más a menudo.

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