miércoles, 1 de abril de 2009

¡Trabajen, coño!

Eso es lo que hay que exigirle a la clase política de nuestro país, que se olviden de enzarzarse en absurdas discusiones o polémicas y se dediquen a trabajar, que para eso les pagamos. Es de vergüenza que haya individuos elegidos democráticamente y sólo vayan a sus puestos cuando una proposición debe ser votada. ¿Y el resto del año? Exijo saber dónde están, que para ello les pago con mis impuestos. ¿Para eso quieren ser votados? ¿Para tocarse las narices amén de otros sitios que se encuentran entre las piernas? Estos representantes de tres al cuarto cuya genialidad arruina a la ciudadanía de a pie, lo cual les importa poco, deberían aprender honradez, y no demostrar que política y honradez o ética son palabras contradictorias. Empiezo a creer cada vez menos en los políticos como persona y sí en la política, mancillada por aquellos que ostentan el poder. Cuánta razón tenía Lisa Simpson cuando hablaba de ciénagas en su discurso sobre el sistema, como casi todas las reflexiones de esta veterana serie. Estos vagos, porque no se les puede llamar de otra forma, son los que imponen jornadas abusivas de trabajo, o son protagonistas de escándalos de corrupciones y corruptelas, pues el poder es lo único que les importa. Yo exijo ya, una vez más que la clase política tenga clase, y no sean unos seres que se creen encima del bien y del mal.

4 comentarios:

  1. Los que hay ahora ni a latigazos. El problema es que no tienen la obligaci´no de servirnos a nosotros, igualmente obtentrán el poder. A tí ya te comenté sobre Ciudadanos en Blanco ¿verdad?. Sino te paso este enlace:

    http://dandolabrasa.blogspot.com/2008/03/el-voto-en-blanco-til.html

    A disfrutarlo.

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  2. Es que,mira,nosotros elegimos sin mucha sabiduria,peró és que de momento en este pais parece que no hay otras alternativas.
    Yo creo que el político es un currante que curra poco, piensa de vez en cuando y cobra mucho.
    Lo demás le importa un bledo, se comportan como marujas y tienden a vestir y hablar bien para parecer ilustrados.

    Que gentuza!!!

    Besos

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  3. Me pareció interesantísimo el artículo, dezaragoza.
    Un abrazo.

    Excelente definición de la clase política, genetticca.
    Besos.

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  4. Existen políticos serios, trabajadores y honrados, es cierto, lo malo es que son los menos. Ya se sabe, el que es tonto que se meta en política y si encima es un sinverguenza y un voceras tendrá una brillante carrera ante si. La clase política ha caído en una degeneración tan alarmante que de cuando en cuando hasta los mismos pocos políticos honrados que nos quedan lo reconocen, aunque, naturalmente, suavizando un poco los términos. En un artículo que he leído recientemente se afirmaba que vamos camino de pasar a Italia, en lo que a corrupción política se refiere, para caer en picado hacia el "modelo argentino”.

    ¿Cual es el principal problema? Sin duda alguna la falta de criterio del llamado "Pueblo soberano" (que suena un poco a cachondeo). Estamos en un sistema "Democrático" (tengo mis dudas sobre esto último) basado en la elección universal de representantes. "Un ciudadano un voto" es el mayor "chollo" para los políticos a fin de cuentas de que la inmensa mayoría de los votantes lo van hacer en la ignorancia mas supina y tan solo por criterios puramente viscerales. Tan solo hay que prometer lo que esa inmensa mayoría de votantes desea escuchar sin pararse a pensar si ello es factible o no, y ni tan siquiera si entra dentro de sus planteamientos su cumplimiento. Todo es válido para alcanzar el Poder.

    Esta falta de criterio de la gran mayoría interesa a los políticos ¡Y de qué manera! Se habla que la formación adquirida por nuestros estudiantes es la peor de Europa. Naturalmente. Tampoco hay ningún interés en que sea lo contrario. “Cuanto mas ignorante sea el pueblo mas fácil se le maneja” (creo que la cita es de Campoamor). Observa que el sistema educativo español (perdón ¡¡¡Los 17 sistemas educativos!!!) se incide sobre los idiomas y la técnica, pero se cercena salvajemente todo lo que pueda fomentar la capacidad crítica. El objetivo es crear trabajadores que fomenten la riqueza sin cuestionar el “orden” establecido. Aún mas, se trata de crear una “realidad virtual” de acuerdo con los intereses de los partidos de turno en el poder. El “pueblo soberano” convertido en “zombis” de las mafias políticas. Ideal.

    Llegado a este punto no hay que extrañarse de nada pues se vive en un continuo engaño. La gente se hace la ilusión de vivir en un sistema de “libertad” porque cada cuatro años se les permite hacer el paripé de introducir una papeleta en la urna. No están votando a aquellos que les inspire confianza, como se les hace creer (tu mismo también lo crees a juzgar por tu escrito) que al ser “Listas cerradas” lo están haciendo por los intereses de un club. Tampoco podrá esperarse mucho de los que salgan elegidos, por muy honrados y ecuánimes que sean, que su función se limitará a pulsar o no pulsar un botón conforme se les indique que para eso existe la llamada “Disciplina del Partido”, toda una aberración y un fraude para el electorado.

    La “lobotomía crítica” es tan atroz que a nadie le extraña nada. Mas bien se contempla como algo que le es ajeno. Sostenemos sobre nuestras espaldas nada menos que ¡¡¡18 Estados (1 Central + 17 Autonómicos)!!! que compiten en despilfarros absurdos (¡Y hablan de “crisis”!). En el Legislativo se crean leyes mas por oportunidad política que por interés popular, al tiempo que sus señorías votan a puerta cerrada sus propias incompatibilidades, cuando no sus aumentos de sueldo o sus jubilaciones . Se ve con indiferencia la inclusión de intereses partidistas en el Poder Judicial que tiempo atrás que dejó de ser independiente. Del Ejecutivo ¿Qué te voy hablar si mas bien es un cachondeo de ineficacia, desorden y caos con unos ministerios que nadie sabe para qué sirven? Incluso La Constitución, la llamada “Carta Magna”, la “Ley de leyes”, cada cual parece saltársela a la torera cuando le viene en gana, o interpretarla a su conveniencia, o, lisa y llanamente, sacarse de la manga “su” propia Constitución. Mientras tanto el Tribunal Constitucional parece dormir el “sueño de los justos” en espera de definirse sobre casos tan elocuentes (pongo por ejemplo) como el “Estatuto de Cataluña”. Y aquí no pasa “na” de “na”.

    En fin, son así las cosas. Al menos como yo las veo.

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