miércoles, 25 de marzo de 2009
Íntimas extimidades
Al margen de cualquier polémica sobre si alguien debe vender su vida en los platós de televisión, hoy quiero hablar de alguien, Jade, una persona fallecida ayer, víctima de un cáncer, a la edad de 27 años, que sacrificó su privacidad por sacar a sus hijos de la miseria, dejándoles una herencia de varios millones de euros. No voy a entrar en si es lícito o no esto, pues hoy no quiero hablar de la venta o alquiler de las intimidades de nadie, ya sea en platós, televisiones o en otros lugares. Quiero hablar de esa mujer que, huyendo de un pasado de miseria, decidió que no quiso que sus hijos viviesen lo qué élla padeció. Por eso no voy a hablar de la concursante del Gran Hermano inglés, ni del personaje que se creó a su alrededor, ya que hoy voy a hablar de una joven de 27 años fallecida por culpa de un puto cáncer, que deja huérfanos a dos niños de corta edad, cuando más necesitaban el apoyo y el cariño de una madre. Hoy quiero meditar sobre esa madre, que sacrificó sus últimos momentos, aprovechándose del mórbido interés de la gente por verla apagarse, lejos de una muerte en la intimidad, alrededor de los suyos. Me parece grande asegurar el porvenir de su descendencia, independientemente de cómo se hace, compartiendo o no los métodos, pues aquí podríamos decir que el fin sí justifica los medios, pero como he dicho anteriormente, hoy no debemos juzgar si se vende o alquila la vida en televisión. Hoy debemos pensar qué haríamos para asegurar la estabilidad económica de nuestros vástagos, y si tomaríamos la decisión acertada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cada uno elige su manera, tienes razón, y ella solo pensó que el show debe continuar
ResponderEliminarBesicos
Y tanto que el show continuó. Antes que por ella me preguntaría por ñps televidentes. Ella al menos tiene un motivo lícito. ¿Y ellos?
ResponderEliminarY me parece muy noble, querida Belén su actuación...
ResponderEliminarBesicos.
La audiencia es morbosa, dezaragoza...
Un abrazo