sábado, 3 de enero de 2009

Noches de reencuentro

Como cada fin de semana, salgo a tomar una copa antes de irme a dormir, pues el trabajo apenas me deja tiempo para vivir. Aquél sábado resultó diferente a los anteriores, pues coincidí con un amigo de mi infancia, también degustando uno de esos whiskys que no podíamos permitirnos en aquellos años de carestía y pagas semanales. Empezamos a recordar aquellas anécdotas pasadas, enterradas por el paso del tiempo, de la experiencia y las personas, interesándonos por detalles nimios que en aquellos años de adolescencia suponían los más importantes valores, pero que en ese momento no eran más que recuerdos rememorados con una dulce sonrisa que nos enseñaba y mostraba cuán lejanos quedaban aquellos adolescente de los últimos años de la década de 1980 y principios de 1990. Tratábamos de aparentar, de poner una máscara de galería para ocultar nuestras miserias, nuestros fracasos que transformados en palabras eran las cumbres más altas del éxito, si bien no era así. Sabíamos perfectamente, en una forzada mentira, que ambos carecíamos de sinceridad, pese a llegar a sentirnos ofendidos si alguien hubiese puesto en duda nuestra charla. Tras horas de charla, de recuerdos inventados, intercambiamos números de teléfono y direcciones de messenger, con la promesa de llamarnos o vernos por allí. Pero sabíamos que no lo haríamos, porque aquellos tiempos eran viejos. Porque aquellos tiempos eran ¿viejos?

4 comentarios:

  1. Yo el viernes tuve cena con mis amigas del instituto, las de toda la vida, solemos quedar una vez al año, y la verdad es que está muy bien, ver como ellas van subiendo en la vida...

    Y siempre acabamos hablando de esas mujeres y hombres que han pasado por nuestra vida, y no sabemos nada, ojalá me encuentre a alguien este año :)

    Besicos

    ResponderEliminar
  2. Y se pueda recuperar el contacto...
    Besicos.

    ResponderEliminar
  3. Yo no quedo con mis recuerdos una vez al año, prefieron que se queden donde estan, con los que si recuerdo viven conmigo el dia a dia, y siempre estamos dispuestos para un cafe, una cerveza o lo que se tercie, si el tiempo y la autoridad lo permite.

    ResponderEliminar
  4. Yo sé que cuento contigo, Jass. Lo sé... Un abrazo.

    ResponderEliminar

Tu opinión es importante