lunes, 1 de septiembre de 2008

Con el debido respeto

Son muchas las veces que escucho a la gente exigiendo respeto a sus semejantes, pero sin corresponderles en lo más mínimo, pues sus actitudes, hechos y palabras contienen los más irreverentes comentarios y el mayor de los cinismos, con una extremada ausencia de empatía que les haga sentir el más mínimo respeto por algo que no sea el ombligo propio o su fachada exterior, la cual debe estar impecable a cualquier hora del día. Se habla de respeto unilateral, no correspondido por quién no sabe o no desea aplicarlo, ejerciendo una humillación insoportable para aquella persona que debe respetar. Pienso que habría que enseñar a valorar a nuestros semejantes, comprenderlos, respetarlos, valga la redundancia. Cada vez es más frecuente encontrar que los egoísmos son más insanos, y que la forma de actuar es más criticada con mayor crueldad, sin importar los sentimientos de los demás. El respeto se está convirtiendo en un valor olvidado, que no prohibido, puesto que ello incitaría a valorar a los semejantes. Demasiado individualismo despierta en esta sociedad de apariencias y exteriores cuyo interior alberga lo peor del ser humano, que actúa de forma más irracional que los propios animales irracionales. Me pregunto para qué tanta tecnología si la deshumanización es un hecho cruel y real.

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