miércoles, 6 de febrero de 2008

Opiniones reprobables

No soy de criticar la opinión del resto, pues me parece que cada cual tiene el derecho a expresarse como lo estime conveniente, pues si debe dar cuentas es a su propia consciencia, aunque en esta ocasión quiero dar mi punto de vista sobre las declaraciones de un político, vertidas a lo largo del tiempo en el periódico que dirigió... Se trata de comentarios extremadamente homófobos, machistas y denigrantes, de un conservadurismo que creía extinto años ha. Servida la polémica, el autor de dichos escritos, entre los cuales se jactaba de los malos tratos, invocó el animus iocandi para justificar sus opiniones, alegando que escribía en tono irónico... No lo entiendo... Se enorgullecen de reírse del resto y se quedan tan anchos. Poco saben estos burladores lo qué es sentirse víctima de las burlas y el desprecio que ello conlleva, y menos ponerse en el lugar del mofado. Reírse de alguien, sea por el motivo que sea, es harto cruel, eso lo sabemos todos, pero enorgullecerse de hacerlo sobrepasa la falta de vergüenza y civismo. No son pocos los años que he sufrido las burlas por parte de mucha gente, por no ser igual al resto y estar orgulloso de mi forma de ser, pues me hace ser único, no mejor ni peor, único, y es por eso por lo que me opongo de forma tajante a aquellos que sienten placer en la burla y la humillación de sus semejantes. Siempre diré lo mismo: Nada tiene que ver reírse CON el resto que reírse DEL resto...

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