lunes, 24 de diciembre de 2007

Tradiciones navideñas


Durante estos días me estoy quejando de esas navidades esclavizadas por el vil metal, pues las considero tan superficiales como el aceite que recubre una lata de anchoas. Hoy quiero hablar de la celebración familiar, disfrutada con alegría de los que se reunen, y recuerdan a los que no volverán con anécdotas divertidas. Hoy es tradicional cenar en familia, atiborrarnos y ver la mesa repleta de comida, que se consume durante los días posteriores, de reír y estar reunidos, escuchar el mensaje del Rey, aunque sea de fondo, pues se emite en casi todas las cadenas de televisión. Es el momento de ver, una vez más, la película de Frank Capra Qué bello es vivir. Cuenta la leyenda que esta película está exenta de derechos de emisión, pues cuando caducaron, alguien se olvidó de renovarlos. Es curioso, pues esta proyección es mágica y cada vez que la veo aprendo algo nuevo. Para mí esa es la Navidad, lejos de lo qué nos quieren vender, incitándonos, incluso obligándonos y manipulándonos de forma tan masiva al consumo y los gastos superfluos, pues parece que si no nos desprendemos de la paga extra íntegra, no somos capaces de dar amor. Por favor, recordemos que éstos son momentos de reencuentros, recuerdos de los qué no están en la mesa, regresen a ella o no, de seguir demostrando los sentimientos bellos de todo el año... Por favor, recordemos que es una fiesta de profunda carga espiritual, estemos de acuerdo o no con lo qué la Iglesia o diferentes religiones nos cuenten...

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