Reflexiones sobre el día de la amistad

Transcurridos varios días desde la celebración del Día de la Amistad, me gustaría opinar sobre esta celebración, la cual veo absurda, innecesaria e hipócrita si se malinterpreta. Se supone que es un día para celebrar la amistad, pero eso debe ser todo el año. El resto de días debemos estar ahí, al pie del cañón, ayudando y apoyando a aquellas personas a las que brindamos nuestra Amistad, nuestro apoyo y nuestro cariño. Rechazo de pleno a todas esas personas que, como hablaba hace unos días en las primeras notas de mi ensayo, sólo se acuerdan del resto cuando les interesa o quieren sacar provecho de la situación. Cierto que es bueno tener un día para acordarnos de la gente que queremos, pero que no se convierta en una jornada para poner esa sonrisa profiden de fachada hipócrita e innecesaria que tanto daño hace. No voy a hablar mal de Día de la Amistad, pues entiendo que hay personas que se lo toman muy en serio. Voy a criticar a aquellos y a aquellas que hacen gala de su falsedad, mala fe y demás para engañar a quienes necesitan un amigo, una amiga porque la soledad les ahoga. Para estas últimas personas está el día de la amistad, para el resto sólo es un día más, como Navidad o Año nuevo.