El secuestrador de Ortega Lara está enfermo de cáncer y es irreversible. Ha pedido salir de la cárcel por motivos humanitarios y poder tratar su enfermedad. Pero este señor no tuvo contemplaciones en mantener encerrado al funcionario de prisiones ni amenazarlo de muerte o ponerle una pistola en la nuca para aterrorizarlo y minar su moral. Eso por no hablar de las personas que puede haber ejecutado en nombre de una causa que no es otra cosa que la de destrozar familias. Si vergonzoso y cínico me parece ésto, la decisión del juez que lleva el caso es vomitiva, incomprensible y carente de respeto a las víctimas del terrorismo y a toda la Democracia en sí. No se puede tolerar ni respetar que quienes imponen sus ideas a base de estallar bombas y asesinar con un tiro en la nuca se salgan de rositas porque los jueces les otorgan más derechos que a quienes sufren su acoso y opresión. Desde este blog, deseo que con el recurso de la sentencia se evite su puesta en libertad. Y menos por motivos humanitarios.
jueves, 30 de agosto de 2012
miércoles, 29 de agosto de 2012
Decepción de un Maestro
Hace unos días llegó a casa el último álbum del Maestro Ibáñez dedicado a las Olimpiadas de Londres en 2012, premio obtenido en un sorteo vía Facebook. Con la ilusión y admiración que siento por el creado de Mortadelo y Filemón, me dispuse a leer mi premio, comprobando para mi sorpresa que ya no me hacía gracia, y que la historia resultaba previsible, aburrida y sin sustancia. Los diálogos carecían de chispa e ingenio, y en todo momento se veía una historia que, aparte de naufragar, hacía aguas por todas partes. No sé qué le habrá sucedido al Maestro, pero en esta ocasión me parece que ha sido su peor trabajo, lo cual me entristece profundamente, ya que soy un ferviente admirador suyo, tanto a nivel personal como profesional. Deseo que esto sólo sea una mácula en la brillante carrera de este genio, al cual deseo conocer personalmente y dar la enhorabuena por tantos años de risas y buenas historietas.
lunes, 27 de agosto de 2012
La maldad en estado puro
El suplicio y sufrimiento que José Bretón ha hecho pasar a su ex mujer durante estos meses al ocultar el asesinato y desaparición de sus hijos es extremadamente difícil de definir sin usar dajetivos que evocarían a su madre o la comparación con el macho cabrío. Sin remordimientos ni conciencia y con una frialdad absoluta ha sido capaz de reírse de toda una sociedad, siendo consciente del tan grave crimen cometido. Mi incomprensión me hace preguntarme qué lleva a una persona a asesinar a quienes se supone que debe proteger. ¿Por qué tanta crueldad para llamar la atención de su ex mujer? ¿Acaso se creía que es de su propiedad? Hoy es uno de esos días en los que no encuentro las palabras para escribir el artículo, ya que la pena más profunda se ha instalado en mi corazón. No entiendo ese grado de maldad, de crueldad o de cinismo, ni qué lleva a cometer semejante barbarie sólo por reclamar atención. Siempre lo digo cuando muere asesinada una mujer. Si se acabó ya no hay nada que hacer. Pero está visto y comprobado que a José Bretón sólo le importaba una cosa: El mismo. Ni siquiera sus hijos.
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