domingo, 1 de junio de 2008
Llamadas inoportunas
Hoy he descubierto Memorias de África, del fallecido Sidney Pollack, todo un regalo a los sentidos, pues los paradisiacos paisajes del continente africano y la archiconocida banda sonora de John Barry. Me era imposible imaginar que fuese tan maravillosa la cinta, y que fuese capaz de transportar a la África colonial, de principios del siglo pasado, pese a que lo había escuchado y leído en infinidad de ocasiones, por parte de la crítica de cine y todas las amistades que la han visto. Mientras me recreaba con esta obra maestra, sonó el teléfono, para devolverme a la cruda realidad de un tedioso y rutinario domingo. A veces el teléfono móvil nos sirve para estar siempre disponibles, pero en otras ocasiones es el más inoportuno acompañante, pues sabe como nadie interrumpir los más bellos momentos vividos o por disfrutar. Poco importa quién está al otro lado, cuando no debe sonar, pues incomoda de manera alarmante. Recuerdo que cuando no existían estos aparatejos estábamos más localizables, y si te llamaban a casa y no estabas, nadie se molestaba. Hoy no se responde al teléfono y es poco menos que una ofensa. Por mi parte, casi siempre suelo responder cuando me telefonean, y si no lo hago, devuelvo la llamada cuando me es posible, pues pienso que todo el mundo se merece ser respondido cuando se molesta en marcar tu número.
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