Este 2012 va a ser un año que no va a pasar sin pena ni gloria y desapercibido, ya que no son pocos los grandes que nos han abandonado. En esta ocasión toca rendir homenaje póstumo a uno de los Grandes de la ciencia ficción, ese género que me ha cautivado desde que tengo uso de razón, incluso antes de aprender a leer. Ray Bradbury nos enseñó que Farenheit 451 es la temperatura a la que arden los libros, mostrándonos la barbarie que suponía convertirlos a cenizas en todos los sentidos. En un mundo que ha relegado los libros al ostracismo y olvido o sustituido por la telebasura que amamahostia a las masas, la reivindicación de la Cultura y la Lectura se convierte en un deber ineludible, ya que sólo leyendo seremos capaces de salir de ese aborregamiento en el que nos controlan y hacen que no cuestionemos los abusos del poder y las corporaciones que lo controlan. Hoy ha muerto Ray Bradbury, pero nos deja un importante legado, como es el amor a la conservación de los libros, en mi caso. Descanse en paz
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