Ayer fue asesinada la Democracia a manos de los mercados y especuladores, con la complicidad y el silencio de nuestros políticos que no han podido o querido hacer nada. Sin importar el color o si están en el poder o la oposición, han pasado del pueblo que les votó y se han bajado los pantalones para que les abran el culo y se lo dejen como la bandera de Japón, y de camino jodernos al resto, porque a ellos sólo les importa el sillón y cobrar a fin de mes sus indecentes sueldos exentos de impuestos. ¿Y qué hacía mientras el pueblo? Celebrar el triunfo de Nadal en Roland Garrós y apoyar a la roja, que volvió a jugar como nunca y perder como siempre. ¿Alguien es capaz de explicarme de qué me sirve votar en España, si se baila al son que dicta el FMI, Rodrigo Rato o Emilio Botín? Con este rescate a la banca y nuestro querido presidente chillando como un cretino más, España se convierte en el hazmerreír del resto del mundo. Pero claro, eso al españolito de a pie no le interesa. Es más, dudo que se haya enterado, ya que le importa más el trofeo que se juega en Polonia(que no sé cuál es ni me importa) que perder sus libertades y poder adquisitivo. El españolito de a pie sólo se mueve para hacer una marea roja, celebrar títulos que se atribuye sin hacer otra cosa que beber cerveza tirado en el sofá y utilizar la dialéctica para insultar árbitros y jugadores no nacionales. Ayer fue un día triste, porque dejamos de ser un país para convertirnos en la filial de una empresa cuyos dueños mueven los hilos del mundo, y hacen y deshacen a su antojo. Fue bonito mientras duró. Descanse en paz, Democracia. Nunca te olvidaremos.
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