Falta de creatividad

A riesgo de ser políticamente incorresto, algo que me encanta, debo decir que estoy más que cansado de la importancia que se le está dando a la sexualidad de los personajes en el mundo del cómic. Si hace unos días se nos casaba Nothstar con su novio, ahora nos sacan del armario a Alan Scott, el primer Green Lantern de la JSA, y hace unos años hablaban de la homosexualidad de Batwoman. Muy mal deben ir las cosas en los departamentos creativos de las grandes editoras de tebeos para centrarse en eso en los últimos tiempos, algo que lleva haciendo el cómic underground desde hace años con creadores como Ralf König y sus diferentes trabajos como el Hombre Deseado o Lisístrata, por no hablar del fenómeno manga llamado Yaoi. Esta ola de aceptación obligada de la homosexualidad sobrepasa lo absurdo, y se presenta tan radical como la homofobia y otros tipos de intolerancia. ¿Por qué se le ha de dar importancia a los aspectos más íntimos de la vida de una persona? Ya sea de carne y hueso, fotografía o un simple dibujo, creo que está de más hacer una apología sobre su sexualidad. Aparte, siempre son personajes menores y no las grandes franquicias o estrellas. ¿Por qué nadie se atreve a declarar de forma abierta y oficial un romance entre Batman y Robin, entre Spiderman y Venom o Frodo y Sam? No, lo hacen con personajes minoritarios o conocidos en su casa a la hora de comer. Me parece hipócrita e innecesario sacar del armario a un superhéroe porque su rival casa a dos enmascarados días antes.