jueves, 1 de marzo de 2012
Recortes, revueltas y revoluciones
Si hay algo superior a mis fuerzas es el populismo y los líderes populistas, que manipulan a las masas a su convenio con tal de perpetuarse en el poder. Se aprovechan estos energúmenos para lanzar discursos cargados de odios, rencores y medias verdades o directamente mentiras. En esta ocasión, el PSOE, incapaz de aceptar la incompetencia que les llevó a su derrota en as urnas, azuza a las masas para que se manifiesten contra los recortes del actual Ejecutivo, recortes que se hubiesen evitado si se hubiesen hecho las cosas como es debido y no se hubiese robado a espuertas el dinero de todos y cada uno de nosotros. ¿Por qué se manifiestan contra las reformas ahora y no dieron soluciones contra el desempleo cuando gobernaban? ¿Por qué incendian calles, destruyen mobiliario urbano y fomentan el odio? ¿Por qué se cagan en las bases de la Democracia cada vez que les viene en gana? ¿Por qué no dejaron de despilfarrar en plena crisis o desaceleración como ellos lo llaman? Que acepten de una vez por todas que su derrota ha sido causada porque no sólo lo han hecho extremadamente mal, sino que han metido la pata a base de bien. Es cierto que las personas, la gente, tiene derecho a manifestarse, pues no debemos ser palmeros de nadie, y menos del poder, pero también es cierto que calentar a las masas porque éstas les dieron la espalda dice muy poco del carácter democrático de los Rubalcabas, Zapateros, Pajines o cualquiera de sus lacayos, ya que la mayoría de los militantes de base no están de acuerdo con esta corriente ávida de poder y corrupta, que no es capaz de aceptar quejas o discrepancias. Usar las necesidades personales del pueblo para ganar réditos electorales es repugnante y vomitivo, pues si quieren recuperar el poder, lo que deben hacer es preocuparse por debatir en el Parlamento y demostrar que están capacitados y son capaces de hacer las cosas como es debido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante