Siento mucho tu disgusto

Cuando han pasado varios días de la muerte de mi madre, todavía hay gente que para para mostrarme su pésame, pues o bien no hemos coincidido, no nos hemos visto o cualquier otro motivo. Sus palabras son de todo tipo, de ánimo, de solidaridad, de apoyo... Todas y cada una de ellas cargadas de sinceridad y debidamente agradecidas desde lo más profundo de mi corazón. Entre todas estas expresiones, la que más me llama la atención es: Siento mucho tu disgusto. Anoche me encontraba con unos amigos antes de llegar a casa, y hablaba de esa frase. Comentaba la enorme carga de empatía que tenía esa frase. Me paraba a pensar en que aquella persona se ponía en mi lugar, para sentir el dolor que puedo tener dentro de mi corazón y lo más profundo de mi alma. Al igual que cuando se dice que acompañamos en el sentimiento por la pérdida de un ser querido, ofrecemos un apoyo, un bastón en ese peregrinar por la vida sin la compañía de quien hemos perdido, muchas otras veces un simple abrazo transmite ese sentir. En este blog hablo mucho de empatía, y de la necesidad de ella, y en esta ocasión quiero reivindicarla, exigir que se enseñe y que nos instruyan en inteligencia emocional. Es necesario conectar con los sentimientos del resto en todo momento, para hacer un mundo más justo y menos egoísta.