Humillar no es maltrato

O eso opina un juez, que considera anecdótico e hilarante que un señor, por llamarlo de alguna forma, suba la falda y le baje las bragas en plena calle a su esposa. Hoy no quiero hablar como blogger de este tema. Hoy no, porque hoy voy a hablar desde el conocimiento más profundo de la burla recibida, puesto que durante muchísimos años fui víctima de las bromas de mucha gente, comprobando mil y una veces cómo se reían de mí, sin que nadie me hiciese caso, o los profesores y maestros me ayudasen ante esta situación de acoso y crueldad. Parece que reírse de alguien o mofarse de su comportamiento es algo que se debe permitir, o al menos es lo qué opinan e imponen aquellos que usan la burla como comportamiento social, alegando que sólo es una broma. ¿Una broma? ¿Cómo se puede trivializar o frivolizar con esa crueldad? ¿Cómo se puede poner en duda el sentido del humor de una persona que es humillada? A mí no me hace ni pizca de gracia que se rían de una mujer, y menos que un canalla, que se atreve a decir que la ama, la humille así porque opina que sólo se trata de una broma. Nada tiene que ver el sentido del humor con la destrucción del ego y la autoestima, a través de la risa fácil. Por favor, basta de complicidades con los maltratadores, sean del índole que sean...