Hace unos meses que juego a ogame, un juego de esos on line en los cuales debes ir evolucionando. Hasta ahora ha sido divertido ver crecer mi planeta, colonizar otros mundos y defenderme de ataques de gente que quería mis recursos. hasta ahora, que he empezado a recibir ataques de una persona que osa llamarme fascista por el simple hecho de pertenecer a una alianza llamada España, argumentando que el imperio español del siglo de oro estuvo basado en el genocidio y la destrucción, y por eso me merezco lo peor. No lo entiendo. Me considero alguien tolerante, contrario a la violencia y todo tipo de discriminaciones, y alguien que no me conoce de nada se atreve a insultarme porque me invitaron pertenecer a una alianza con el nombre de mi país. Para mí Ogame es un juego divertido, sin más, y por eso me resulta imposible comprender ese ejercicio de intolerancia y acusaciones de genocida sin ni siquiera tratar de conocerme a mí, personalmente. Eso sí es tener prejuicios y ser intolerante. Ya lo decíamos ayer:
Los extremos se tocan.
Hola, vengo a curiosear por aquí, desde Uniblog, y me ha gustado esta, y tu anterior reflexión sobre los radicalismos que sesembocan en violencia física y emocional.
ResponderEliminarEstoy contigo. Saludos.