El secuestrador de Ortega Lara está enfermo de cáncer y es irreversible. Ha pedido salir de la cárcel por motivos humanitarios y poder tratar su enfermedad. Pero este señor no tuvo contemplaciones en mantener encerrado al funcionario de prisiones ni amenazarlo de muerte o ponerle una pistola en la nuca para aterrorizarlo y minar su moral. Eso por no hablar de las personas que puede haber ejecutado en nombre de una causa que no es otra cosa que la de destrozar familias. Si vergonzoso y cínico me parece ésto, la decisión del juez que lleva el caso es vomitiva, incomprensible y carente de respeto a las víctimas del terrorismo y a toda la Democracia en sí. No se puede tolerar ni respetar que quienes imponen sus ideas a base de estallar bombas y asesinar con un tiro en la nuca se salgan de rositas porque los jueces les otorgan más derechos que a quienes sufren su acoso y opresión. Desde este blog, deseo que con el recurso de la sentencia se evite su puesta en libertad. Y menos por motivos humanitarios.
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