Por una educación de calidad

A veces necesito abandonar por un momento esta columna diaria para participar en protestas en contra de las injusticias y a favor de la Educación, el Empleo y los abusos del poder. En esta ocasión, y y citado por una querida amiga, me presenté en la manifestación contra los recortes en la Educación, esos que han servido para pagarle a Bankia los caprichos de sus directivos. El momento que se está viviendo en la actualidad, donde la gente se está rebelando contra los abusos del poder, cada vez más opresivo, es histórico. Gentes de todas las edades se manifiestan por su pan, por su trabajo, por su dignidad, y sobre todo por su legado, aquello que van a dejar aquí cuando ya no estén.Hoy me he emocionado cuando he visto a unas niñas portando pancartas y gritando las consignas de las manifestaciones. Esto me hace recobrar la fe en la sociedad, en una juventud que creía amamahostiada a base de porros, botellón y otros vicios confesables o no. No creo que el Gobierno, ya sea autonómico o de la Nación esté ignorando el sentir de la calle, que desea que las cosas cambien de una vez por todas. Tan sólo es deseable que se dejen de demagogias y actúen, pues la Democracia es el mandato del pueblo, no de unos mercados que sólo piensan en ganar dinero a cualquier precio.