Quiero levantarme de mi silla y darle un fuerte aplauso a Donna Summer, el último, aunque ella no lo escuche en este mundo, ya que ha partido a llenar las pistas de baile del Cielo. Este fin de semana, un cáncer de mama se la llevaba para siempre y nos dejaba un poco más aburridos en este camino cuesta abajo y sin frenos a un desastre sin precedentes. Durante décadas, fue referente indiscutible no sólo de la música disco, donde ella reinó sin lugar a dudas hasta el día de su muerte. No quiero que esta necrológica sea triste y nos conduzca al llanto y al lamento, por lo que deseo hablar con positividad de una persona que nos hizo bailar, sentir, amar y disfrutar a través de su música en las discotecas, la radio o a través de sus discos, todos ellos grandes éxitos que siempre recordaremos. Hoy debemos escuchar a Donna Summer con alegría, cariño y mucho respeto, porque ella nos hizo el mayor de los regalos: su música, sus canciones, temas que todos hemos bailado y tarareado en alguna ocasión. Por eso, hoy, admirada Donna, te despido por el momento, ya que el Cielo reclama tu genialidad y ritmo. Descanse en Paz.
lunes, 21 de mayo de 2012
Gracias, Donna
Quiero levantarme de mi silla y darle un fuerte aplauso a Donna Summer, el último, aunque ella no lo escuche en este mundo, ya que ha partido a llenar las pistas de baile del Cielo. Este fin de semana, un cáncer de mama se la llevaba para siempre y nos dejaba un poco más aburridos en este camino cuesta abajo y sin frenos a un desastre sin precedentes. Durante décadas, fue referente indiscutible no sólo de la música disco, donde ella reinó sin lugar a dudas hasta el día de su muerte. No quiero que esta necrológica sea triste y nos conduzca al llanto y al lamento, por lo que deseo hablar con positividad de una persona que nos hizo bailar, sentir, amar y disfrutar a través de su música en las discotecas, la radio o a través de sus discos, todos ellos grandes éxitos que siempre recordaremos. Hoy debemos escuchar a Donna Summer con alegría, cariño y mucho respeto, porque ella nos hizo el mayor de los regalos: su música, sus canciones, temas que todos hemos bailado y tarareado en alguna ocasión. Por eso, hoy, admirada Donna, te despido por el momento, ya que el Cielo reclama tu genialidad y ritmo. Descanse en Paz.
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