lunes, 19 de abril de 2010

Lo tenía todo

De las frases más utilizadas y comunes para recriminar el hecho consumado de la decisión de un suicida, una de las más usadas es aquella que asegura que quién decidió abandonar la vida lo tenía todo. Siempre que escucho esta sentencia absoluta, ex cáthedra diría yo, observo que sólo se utiliza para hacer inventario material, hablando de cuernos de la abundancia, comentando las excelencias de su trabajo o estudios, la pareja que acompañaba, estable o no, o los más dispares asuntos, sin olvidarnos del insulto fácil por no afrontar los desafíos de la existencia. Mas nadie mira conflictos interiores que suelen reflejarse si se observa y no sólo se ve, ya que tras un suicidio siempre hay señales evidentes que son mostradas si alguien se detiene a interpretarlas. Con dos amigos suicidados, puedo hablar de la incomprensión de los mismos, siendo incapaz de hacer un rápido juicio de los motivos que llevaron a ambos a tomar dicha decisión, así que trato de sobrellevarlo lo mejor que puedo pese a los años transcurridos, intentando evitar que se trivialice de forma alegre e irrespetuosa, al ser convertido en una mediática tragedia con el único interés de experimentar con los sentimientos del resto, ya que nos encontramos delante de un asunto demasiado profundo e importante a la vez que íntimo donde sólo cabe la duda y el dolor de quien se queda aquí.

4 comentarios:

  1. "Árbitro puedo ser de la vida de todos,¿y no he serlo de la mía? Cuando la vida deja de ser un derecho puede muy bien parecerlo el suicidio." G. Papini.

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  2. Muy de acuerdo con la frase, Ángeles.
    Un fuerte beso.

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  3. Por la experiencia que tengo en estos temas, es que tienes toda la razón, salvo un detallito que no por no mencionarse es menos importante: esos sentimientos contrariados que impulsan a un ser humano a terminar con su vida, normalmente el perfil suicida lo oculta, lo silencia y deja que se exprese una sola vez: la última.

    Si queréis una anécdota, hace unos años un chico de 18 añitos de la costa gaditana se arrojó por uno de los acantilados de la costa debido, al parecer, porque su novieta de entonces lo había dejado. El chico lejos de matarse a la primera estuvo agonizando en la base del acantilado completamente desfigurado y magullado. Cuando el helicóptero de rescate (GREA en este caso) llegó a rescatarlo, pudieron oir lo que a la postre serían sus últimas palabas: "si lo se, no me tiro".

    Piensen en ello y sean felices.

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  4. Debo decirte, lagarto, que eso se ve y se menciona, aunque sin palabras... Porque uno de los grandes errores del ser humano es pensar que la palabra lo expresa todo, cuando en realidad sólo muestra una mínima parte de la comunicación.
    Un saludo. Espero verte más por aquí.

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