A Lucía. Gracias por inspirar este relato.
domingo, 18 de octubre de 2009
Zona Libre de Muerte
Cuentan las viejas leyendas y el saber popular que hay un territorio perdido en el mundo en el cual la Muerte no puede entrar, porque alguien se enfrentó a ella en desafío que ésta perdió. Son pocos los que quieren referirse a la Historia del Tonto Javier, pues les da miedo recordar aquellos hechos, que se pierden en la noche de los tiempos. Hay en ese lugar maldito o bendito, nunca lo sabré, un cartel que reza Zona Libre de Muerte, vigilado por una mujer silenciosa, quieta, vestida de negro, con un riguroso luto que observa al transeúnte, a la que conocen por Señora, y de la que nadie recuerda su edad o su nombre, ni cuál es su origen, pues siempre estuvo allí, y siempre estará, sin mediar palabra, tan sólo observando el devenir de la historia, del tiempo, quizá esperando a alguien que vuelva, o despidiendo a quien marchó y no regresó. Siempre al lado del oxidado cartel que nos advierte y recuerda que allí la Muerte perdió su batalla, y que su dominio está fuera de aquellas fronteras, en aquel pequeño lugar, en aquel inmenso paraje lleno de misterios y habitado por gente acogedora que no duda en ofrecer su hospitalidad o enseñarte el pueblo. Sólo ponen una condición... No visitar el lugar donde la Señora descansa impasible. Eso es una labor que sólo corresponde a los forasteros que visiten el lugar y quieran conocer de primera mano el lugar donde la Muerte perdió la batalla contra el Tonto Javier...
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